¡Que la UNESCO no dice que haya que prohibir los móviles en las aulas!

teléfonos móviles en las aulasLa publicación del informe de la UNESCO sobre educación en el Mundo de 2023 ha sido acogido con titulares que afirman que dicha institución quiere «erradicar los móviles de las aulas de todo el mundo». Sin embargo, la lectura atenta del documento no respalda esa interpretación.

De hecho, lo que afirma la UNESCO en otro titular, esta vez suyo, es que los móviles se deben utilizar en las aulas «solo cuando apoyan claramente el aprendizaje» algo que, por otra parte, vienen reclamando desde hace tiempo expertos en tecnología educativa como María del Mar Sánchez, profesora titular e investigadora en Tecnología Educativa en la Facultad de Educación de Universidad de Murcia. En su perfil de Twitter, ha salido al paso de lo que ella considera una interpretación que forma parte de «un discurso anti-tecnológico» que vende en el mercado de la atención.

móviles en las aulas

El texto de la UNESCO no oculta en su informe los peligros que el uso inapropiado o excesivo de la tecnología pueden interrumpir el aprendizaje en las aulas. Un estudio que analizó desde preescolar hasta la educación superior en 14 países encontró que distraía a los estudiantes del aprendizaje. Incluso tener un teléfono móvil cerca con notificaciones es suficiente para que los estudiantes se distraigan de las tareas. Se descubrió que la eliminación de teléfonos inteligentes de las escuelas en Bélgica, España y el Reino Unido mejora los resultados de aprendizaje, especialmente para los estudiantes que no se desempeñaban tan bien como sus compañeros.

Móviles en las aulas, pros y contras

¿Esto significa que la UNESCO quiera prohibir los móviles en las aulas? Es esa una interpretación más que arriesgada ya que, en el mismo texto, la UNESCO hace afirmaciones como que «la tecnología digital ha aumentado drásticamente el acceso a los recursos de enseñanza y aprendizaje». Lo que sí pide esta institución es más evidencias científicas que justifiquen la afirmación de que la tecnología mejora la educación. Y es que la tecnología evoluciona más rápido de lo que es posible evaluar. «Los productos de tecnología educativa cambian cada 36 meses, en promedio», afirma.

Sin embargo, a pesar de esta ausencia de evidencias derivada del vertiginoso ritmo de la digitalización, la UNESCO cree que, «bajo ciertas condiciones, el uso de la tecnología en la educación puede mejorar las oportunidades de aprendizaje de los niños». Eso sí, la institución señala que «también puede poner en riesgo su integridad física y mental, su privacidad y su dignidad». Por ello, considera que los problemas relacionados con la propiedad intelectual, la privacidad de los datos y la seguridad en línea son desafíos críticos que los países deben abordar.

En esta línea, Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, afirma que «la revolución digital tiene un potencial inconmensurable pero, al igual que se han expresado advertencias sobre cómo debe regularse en la sociedad, se debe prestar una atención similar a la forma en que se usa en la educación».

La institución pide, pues, que las decisiones sobre la tecnología en la educación prioricen las necesidades del alumno, asegurándose de que cualquier uso de la tecnología sea apropiado, equitativo, escalable y sostenible. «Los estudiantes necesitan aprender los riesgos y oportunidades que vienen con la tecnología y estar protegidos de ellos por completo. Solo la tecnología que tiene un papel claro en el apoyo al aprendizaje debe permitirse en la escuela».

La conclusión es que, lejos de prohibir sin más los móviles en las aulas, la UNESCO lo que reclama es un uso responsable de la tecnología y una mayor participación del profesorado, las instituciones educativas y los reguladores en la definición de qué tecnologías se introducen en el proceso educativo.

¿pero qué opinan los profesores?

En una encuesta de 2019, realizada 132 docentes de toda España por investigadores de las Universidad de Alcalá y la Universidad Internacional de La Rioja, se analizó la predisposición de los profesores a utilizar el móvil como herramienta educativa. La conclusión fue que el 90% de los profesores cree que la presencia de móviles en las aulas puede resultar útil,  aunque les preocupaba, como a la UNESCO, problemas asociados al uso del smartphone como el ciberacoso.

A la pregunta de a qué edad se considera que sería adecuado que los alumnos empezasen a hacer uso del móvil los profesores también lo tienen claro: los menores no deberían tener un smartphone antes de los 14 años. Se trata de una apreciación que contrasta con la realidad ya que según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el 51% de los niños españoles de 11 años dispone de un móvil con conexión a internet.

brecha digital aulas

Álvaro Pérez, que analiza la aplicación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) en la educación en la UNIR, afirma que «hay que insistir en la importancia de no prohibir, sino regular su uso. Y, sobre todo, mostrar todas las posibilidades educativas del mobile learning y las redes sociales, como base del ‘conectivismo’ que hoy en día sustenta el modelo educativo».

Por su parte, Carlos Magro, Vicepresidente de la Asociación Educación Abierta, cree que «tras los excesos realizados en las últimas décadas en inversiones y programas destinados a incorporar las tecnologías en las aulas, parece que todos hemos aceptado que el asunto no va de dispositivos sino de metodologías y que digitalizar la educación no es tanto tecnificar las aulas (con ordenadores personales, pizarras inteligentes, carritos de tablets..) como escolarizar las tecnologías». «Hablar de la incorporación de tecnologías en educación -añade- no es hablar de hardware ni de software, sino pensar en pedagogías y en metodologías».

tecnología en las aulas y neurociencia

Sobre el uso de la tecnología en la educación, el neurocientífico argentino Rodrigo Quian Quiroga explicó a Nobbot que «la enseñanza que ofrece la neurociencia -añade- es que hay que replantear el sistema educativo. En vez de bombardear con información, hay que ser muy selectivo con la información que quieres que aprendan los chicos. Y, sobre todo, hay que trabajarla buscando asociaciones, contexto. Es más conveniente tener claros cinco o seis hechos clave, unos pocos pilares, y saber ponerlos en contexto».

Otro neurocientífico, muy crítico con el uso recreativo de las pantallas en edades tempranasMichel Desmurget, cree que «los estudiantes deben aprender algunas habilidades digitales fundamentales, como programación, uso de software de oficina, seguridad, privacidad de datos, etc. También podemos estar de acuerdo en que las tecnologías digitales pueden ser una herramienta educativa relevante cuando las usa un profesor competente y se hace dentro de un proyecto educativo bien estructurado».

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