Y la multa a Apple asciende a… ¡13.000 millones!

El departamento comunitario de Competencia dirigido por la comisaria Margrethe Vestager prometió que no cedería a las presiones de Washington y no lo ha hecho. Finalmente la investigación de Bruselas sobre las supuestas ayudas de Estado con las que Irlanda habría beneficiado a Apple se ha zanjado con una multa millonaria de 13.000 millones de euros. Esta es la cifra (más intereses) que la compañía de Cupertino tendrá que devolver por los impuestos no abonados en Irlanda entre los años 2003 y 2004.

Como leemos en El Mundo, los técnicos de la Comisión Europea consideran probado que, gracias al acuerdo que Irlanda firmó en 1991 con Apple, el gigante americano se ha beneficiado desde entonces de unas ventajas fiscales que no disfrutaban otras compañías con sede en el país; de ahí que sean consideradas ilegales e injustas. Sin embargo, legalmente Bruselas sólo puede remontarse a una década atrás en estas pesquisas, que inició con las primeras peticiones de información a Dublín hace sólo tres años. Sí, aunque parezca sorprendente, el acuerdo fiscal entre Apple e Irlanda lleva 25 años en vigor, pero hasta 2003 no se inició formalmente la investigación.

APPLE E IRLANDA HACEN FRENTE COMÚN

Como era de esperar, Apple ha reaccionado airadamente a la decisión de las autoridades comunitarias. Y eso que, según el análisis que hace El Confidencial, esta sanción supone «únicamente» el 6,34% de los ingresos que la compañía consiguió en sus últimos resultados financieros trimestrales, presentados a finales del mes de julio.

Esgrimiendo su ya conocido argumento sobre la legalidad de sus actuaciones fiscales, el gigante de Cupertino ha informado de que apelará la decisión, no sin advertir además que ésta tendrá un efecto adverso sobre sus inversiones en Europa, así como sobre empleo que genera en el Continente. «Apple cumple la ley y pagamos todos los impuestos que debemos en los lugares donde operamos. Vamos a apelar y estamos seguros de que la decisión será anulada», ha informado la compañía en un comunicado.

Pero también Irlanda ha saltado, poniéndose lógicamente del lado de Apple. «Nuestro sistema fiscal se sostiene sobre un estricto cumplimiento de la ley tal y como la fija el Parlamento, sin ninguna excepción. La decisión no me deja otra opción que buscar el apoyo del Consejo de Ministros para apelar ante los tribunales de Justicia europeos», ha dicho indignado Michael Noonan, el ministro irlandés de Finanzas.

CHISPAS ENTRE BRUSELAS Y WASHINGTON

La sanción no ha hecho sino acentuar el desencuentro que desde hace años mantienen la Unión Europea y EEUU por lo que Washington considera un hostigamiento injusto a las empresas norteamericanas que sólo perjudicará las negociaciones para conseguir un sistema fiscal internacional más justo. Además, para las autoridades estadounidenses, la Comisión Europea se extralimita en sus funciones y quiere conseguir a través del departamento de Competencia algo que persigue desde hace años y no termina de conseguir: la armonización de las políticas tributarias de los distintos países miembros.

Ante eso, Bruselas contesta, como ya lo hizo la semana pasada a cuentas precisamente del caso Apple, que sólo actúa en los casos que son de su jurisdicción, como éste en el que determinados beneficios fiscales a una empresa por parte de un país supondrían ventajas competitivas injustas respecto a otras.

Pero es que en Washington tienen una preocupación adicional. Y es que temen que Apple quiera reclamar el importe de esta sanción en Estados Unidos como una deducción de impuestos.

Muchos frentes para un caso que, con toda seguridad, tardará varios años en decidirse en los tribunales, pero que mientras tanto ya ha puesto sobre aviso tanto a los países que desarrollan supuestas políticas de «paraíso fiscal» como a otras multinacionales -como Amazon o Google- que se están beneficiando de estas ventajas.

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