¿Son las redes sociales neutrales ante un conflicto político o internacional?

Neutralidad de la red

Últimamente se ha estado debatiendo si existe una verdadera neutralidad en las redes durante un conflicto bélico. Varias ONG han denunciado la eliminación de vídeos que podrían demostrar posibles excesos militares de Israel en el territorio palestino de Gaza. ¿Deben las grandes compañías sociales anticiparse a este tipo de situaciones?


El debate se remonta al origen mismo de internet. Por definición, la neutralidad de la red establece que los proveedores de servicios de internet (ISP) deben proporcionar a los usuarios igual acceso a todos los contenidos, sea cual sea la fuente. Los datos y la información deben suministrarse al mismo nivel y las compañías de telecomunicaciones no pueden bloquear contenido ni reducir la velocidad de cierto tráfico.

Se trata de una componente esencial dentro de la filosofía del ciberespacio. A menudo se ha explicado como el trato igualitario y no discriminatorio en el acceso y el tráfico en internet. En realidad, el concepto de neutralidad es mucho más amplio y complejo. Sobre todo porque en este asunto friccionan entre sí muchos y variados intereses, que incluso tocan los ámbitos de la geopolítica.

Así se demuestra en las posturas tan divergentes que mantienen a este respecto la Unión Europea, Estados Unidos, China y Rusia. Aproximaciones a veces opuestas que se acentúan además cuando estamos inmersos en un conflicto bélico de ramificaciones internacionales. Y esta conversación se traslada, además, a unas redes sociales cada vez más tensas y polarizadas.

LA NEUTRALIDAD DE LAS REDES DURANTE EL CONFLICTO ISRAELÍ-PALESTINO

El recrudecimiento del conflicto entre Israel y Palestina durante las últimas semanas se trasladó también a las redes sociales. En cualquier canal se han podido ver imágenes del intercambio de ataques en Gaza entre las fuerzas israelíes y las milicias palestinas. Ambos frentes han usado internet para contar su versión a través de hashtags como #IsraelUnderFire, #GazaUnderAttack y #SaveSheikhJarrah.

Este último ha sido el caso más polémico. Importantes agencias de noticias recogían que se estaban eliminando vídeos que mostraban posibles excesos militares de Israel. Una manera de conseguir su borrado es coordinar el envío de miles de denuncias automatizadas. Sirve para un contenido concreto e incluso sobre un hashtag en general.

Más de 20 organizaciones defensoras de los derechos digitales culparon directamente de censura a las plataformas digitales. Según estas, Instagram habría eliminado contenido relacionado con Sheikh Jarrah. Ante estas acusaciones, la empresa perteneciente a Facebook argumentó que se trataba de «un error del algoritmo”. Por su parte, Twitter atribuyó la suspensión masiva de perfiles a “posibles violaciones de sus reglas”.

¿ESTÁN LAS GRANDES COMPAÑÍAS SOCIALES PREPARADAS PARA ESTAS SITUACIONES?

No es extraño que la cobertura de los medios sobre Israel y Palestina venga acompañada de polémica. Son frecuentes análisis que describen cómo la desinformación sobre la violencia campa a sus anchas en Twitter, Facebook y hasta TikTok. Incluso hay quien opina que el uso del término ‘conflicto’ ya implica un posicionamiento. También es notoria la persecución en redes a cualquier personalidad pública que se signifique de forma abierta.

La tecnología avanza y eso provoca que las maneras de influir también se adapten a los nuevos medios. Es significativa la frase “fue mi error y lo siento” entonada por Mark Zuckerberg en el Congreso de Estados Unidos, durante su comparecencia por el escándalo de Cambridge Analytica. El asunto es tan grave que se han rastreado injerencias por parte de determinados grupos de presión durante importantes elecciones. Ojo, en todo el mundo.

Tanto es así que la conciencia sobre el uso indiscriminado de bots, las necesarias protecciones contra el hackeo y la relevancia del fact-checking sean ya temas de debate habituales en nuestro día a día. Ante esto, los propietarios de las redes sociales prometen cambios en sus algoritmos y mejores herramientas de privacidad. Pero, ¿podemos dormir tranquilos y fiarnos de que van a cumplir su palabra?

EL ACTIVISMO DIGITAL, ¿UNA APORTACIÓN PERSONAL A LA NEUTRALIDAD EN REDES?

Desde las redes sociales, por otra parte, también se puede contribuir a mejorar la sociedad. Denunciar posibles excesos y trabajar para contrarrestarlos es una herramienta disponible y necesaria. Podemos citar el documental ‘Sesgo codificado’ y la organización Black Girls CODE. Tampoco hay que olvidar todos los éxitos tangibles del activismo digital.

Nuevas formas de comunicación como las redes sociales, el correo electrónico y hasta los SMS nos han sido útiles en incontables ocasiones. Hablamos de catástrofes, atentados terroristas y otras situaciones de máxima urgencia. También de importantes movimientos ciudadanos, desde el 15M a la Primavera Árabe, del #MeeToo al #BlackLivesMatter. Otro ejemplo de actualidad: nos hemos podido informar en riguroso directo a través de Twitter, Instagram y TikTok de lo que pasaba en las calles de Colombia durante las revueltas.

@mythdragqueen

Nos están censurando!! #soscolombia #trend #Medellín #cali #Bogotá #colombia #dragqueen #trans #lgbti

? sonido original – Myth Drag Queen

Más allá de debatir sobre si hay neutralidad en las redes durante un conflicto, todo posicionamiento crítico y participativo ayuda a consolidar nuevos estándares de ética en internet y las redes sociales. Mandar información científica contrastada a ese amigo antivacunas. Firmar una petición en Change.org para pedir a un banco que paralice un desahucio. Ayudar a desestigmatizar los problemas mentales con una story de Instagram. Pueden parecer acciones algo frívolas, pero no cuestan nada. Y ayudan.

En Nobbot | En Finlandia enseñan cómo defenderse de la desinformación desde la escuela primaria

Imágenes | Portada: foto de Amine M’Siouri en Pexels, vídeo en Twitter del usuario @abdulrahmaan198, vídeo del Guardian sobre el testimonio de Mark Zuckerberg, vídeo en TikTok del usuario @31.odaya.fuze.ile.girdi

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