El llamado confort food, lo que, sin ser precisamente saludable, comemos para levantarnos el ánimo, está aportando mucho al mundo de la cosmética. Nutella parece ser muy apreciada para dar al cabello rubio tonos naturales y permanentes. Y las patatas fritas de McDonald’s podrían ayudar a combatir la calvicie.
El estudio al respecto fue publicado en la revista ‘Biomaterials’ y ha despertado la esperanza de quienes luchan contra la caída del cabello. Sin embargo, se trata, cuando menos, de una exageración. Que un Happy Meal al día pueda devolvernos la melena de los 20 años es una fake news. Perfecta para compartirla en las redes sociales, pero falsa. La realidad es que un agente químico utilizado en las freidoras de McDonald’s podría ser la clave para combatir la calvicie.
Investigadores de la universidad japonesa de Yokohama lograron hacer crecer pelos en la espalda de unos ratones gracias a la dimeticona o dimetilpolisiloxano. Es un aditivo utilizado por la cadena de comida rápida para evitar la formación de burbujas y salpicaduras en el aceite de freír. La sustancia también se usa en estucos, adhesivos y selladores, así como para cosméticos y bálsamos. En el pasado, también sirvió como fluido de relleno para los implantes mamarios.
El problema de la calvicie
Un ejército de unos 120.000 pelos avanza a un promedio de 1,5 cm al mes (0,4 mm al día). Por la noche, según algunos estudiosos, crece más lentamente. El pico de crecimiento tiene sus puntos álgidos entre las 10 y 11 de la mañana y luego entre las 4 y 6 de la tarde. Si los atáramos todos, obtendríamos un hilo de 16 km de largo, con un diámetro de entre 2 y 9 centésimas de mm. A menos que seas calvo.
El cabello, perdidas ya sus connotaciones evolutivas, es hoy, sobre todo, una forma de comunicar nuestra identidad y personalidad. El pelo es una especie de máscara con la que seducimos a nuestras parejas. Nos sirve para aislarnos o revelar nuestras ideas. A cada corte de pelo tenemos la oportunidad de cambiar de identidad.
El pelo (y la barba) es la herramienta de comunicación no verbal más utilizada. Los monjes budistas se afeitan por completo para declarar su voto de castidad. En las sociedades occidentales modernas, a menudo, la calvicie ya no es sinónimo de vejez, sino de virilidad, encanto y poder sexual.
Sin embargo, la pérdida de pelo sigue siendo un problema que preocupa a muchas personas. Esta es la razón por la cual muchos investigadores de todo el mundo están trabajando constantemente para encontrar nuevos tratamientos útiles para estimular el crecimiento del cabello.
Pelo nuevo en ratones calvos
El dimetilpolisiloxano es una especie de silicona permeable al oxígeno. Permitió el cultivo masivo de gérmenes del folículo piloso (Hair Follicle Germs, HFG). Las células que facilitan el crecimiento de los folículos, es decir, las estructuras a partir de las cuales se originan los pelos.
Los HFG son el Santo Grial de la lucha contra la calvicie. Hasta ahora, las técnicas de laboratorio nos habían permitido producir un máximo de 50 folículos a la vez. El equipo japonés ha logrado generar 5.000, que luego trasplantaron en la espalda de los ratones. A los pocos días, vieron crecer nuevos mechones de pelo negro, que seguían el ciclo normal de crecimiento del cabello.
«El secreto para la producción en masa de HFG fue la elección del material de sustrato para los recipientes de cultivo», ha explicado Junji Fukuda, uno de los autores del estudio. «Usamos dimetilpolisiloxano permeable al oxígeno y funcionó muy bien. Esperamos que la técnica pueda mejorar la terapia generativa del cabello humano para tratar afecciones como la alopecia”. Sin embargo, los primeros ensayos en humanos tardarán al menos otros cinco años.
Los ensayos con animales no siempre conllevan resultados positivos en personas. Además, el estudio concluyó que la dimeticona por sí sola no estimula el crecimiento del cabello. Esta sustancia, de hecho, no se ha utilizado para estimular el rejuvenecimiento del folículo, sino para crear cientos de ‘vasos’ en los que podría crecer la ‘semilla’ del folículo piloso.
McDonald’s no hace crecer el pelo
Ratones calvos con pelo humano en la espalda. No es exactamente la imagen que nos gustaría asociar con una comida en un restaurante. La realidad es que McDonald’s tiene poco que ver con todo esto. La cadena utiliza la dimeticona para reducir las salpicaduras de aceite durante la preparación de sus patatas y otros productos fritos. El aceite vegetal, el ácido cítrico y la dimeticona conforman el cóctel empleado en las freidoras de la cadena.
De todas maneras, hablamos de cantidades muy pequeñas. Para que no sea tóxica, la dimeticona debe estar presente en los alimentos en una proporción inferior a 10 partes por millón, o 250 partes por millón en la sal de cocina. McDonald’s no excede estos límites.
En resumen, se trata más bien de una curiosa correspondencia química. No hay ninguna razón científica para pensar que comer a menudo en McDonald’s ayude a mantener el cabello. Cualquiera que desee atiborrarse de ‘comida basura’ con la excusa de la calvicie acabará decepcionado. Baste con ver los resultados que la dieta McDonald’s ha producido en Donald Trump.
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