¿Sabes cuál fue el primer sensor conectado de la historia?

Los sensores están en todas partes. Por ejemplo, en tu casa. Unos pocos en la nevera, otros en el sistema de calefacción, varios repartidos en las sobreprotecciones del sistema eléctrico, algún otro distribuido en distintos termostatos y dispositivos móviles como smartphones o smartwatches

En las ciudades vivimos rodeados de ellos, y el Internet of Things promete tener 50.000 millones de sensores registrando datos para 2020. Como es en el siglo XXI cuando han reducido drásticamente su precio y conectividad, pensamos que son algo nuevo.

Nada más lejos de la realidad. El primer sensor conectado de la historia data de 1874, e involucró científicos franceses, una montaña de 4.695 metros de altura y la novedosa tecnología de onda corta. Para la época, entiéndase.

¿Para qué sirven los sensores?

En esencia, un sensor es una herramienta que registra una magnitud.

Los antiguos termómetros de mercurio eran un ejemplo perfecto no solo de sensor, sino también de indicador. Además de registrar la temperatura usando la dilatación del mercurio en un tubo, la mostraban con las líneas que se colocaban a diferentes alturas y que mostraban grados.

temperatura sensores

La mayoría de nosotros tenemos en mente los sensores de los que se nos suele hablar con más frecuencia. Magnitudes cotidianas tales como la temperatura, la humedad, la velocidad, la presión… y poco más.

Sin embargo, hay cientos de tipos de sensores. De radiación solar, inductivos de presencia o galgas extensiométricas (que miden deformaciones) son solo alguno de los menos mencionados.

sensores de presión

Hoy día un sensor sin conexión (aunque sea a una red Bluetooth simple o a un procesador vía cable) no tiene sentido. Sin embargo, la mayoría de los sensores a lo largo de la historia han estado conectados a absolutamente nada. Y todavía hay millones de ellos que solo miden e informan de manera cercana, sin hacer uso de redes de ningún tipo. Por ejemplo, los sensores de presión que se ven en la fotografía superior.

Pioneros en sensores conectados

El primer sensor de temperatura reglado de la historia se atribuye a Daniel Gabriel Fahrenheit, y tenía una forma muy similar a la que se ha conservado hasta hace muy poco. Tras probar varios materiales (el I+D de la época), se decantó en 1714 por un termómetro de vidrio con mercurio en su interior.

Christin 1743 sensores

Termómetro Christin (1743). Fuente: Sophia Brothers (Science Museum of London).

Durante más de un siglo, los termómetros fueron mejorando gracias a distintos científicos, generalmente franceses. Y colocados allí donde podían o les dejaban. Hasta el momento en que las primeras pruebas de radio llamaron la atención de estos científicos, que se preguntaron si merecía la pena conocer la temperatura de un punto alejado.

La mayoría de los libros de historia mencionan 1873 como el año en que Maxwell formuló la teoría de las ondas electromagnéticas; 1887 como el año en que Hertz descubrió las ondas de radio; y 1894 el año en que Tesla demostró en público que las transmisiones de radio eran viables.

1914 sensores antena en la Torre Eiffel

Pruebas de radio de 1914. Fuente: Wikipedia.

Sin embargo, en 1874 –décadas antes de que la Torre Eiffel se convirtiese en una gigantesca antena con un tendido de cables de la punta al suelo– un equipo francés decidió que resultaría divertido que los parisinos supiesen la temperatura que hacía en la cima del Mont Blanc. Así como la velocidad del viento, su dirección y la altura del nivel de nieve.

Probablemente, el experimento acabó siendo un fiasco. Faltaban años para comprender cómo funcionaba la onda corta con la que se enviaban los datos, y el Mont Blanc estaba a nada menos que 550 km de distancia. Pero supuso un hito, y la estación meteorológica se convirtió en el primer sensor conectado de la historia en 1874.

El mundo tiende a las conexiones inalámbricas

Ahora está de moda la palabra wireless, probablemente porque durante los siglos XIX y XX nuestro objetivo fue llenar el mundo de cables. En 1926, mucho después del experimento del Mont Blanc, Tesla afirmó en una entrevista que lo inalámbrico era el futuro.

«Cuando lo inalámbrico esté perfectamente desarrollado, el planeta entero se convertirá en un gran cerebro, que de hecho ya lo es, con todas las cosas siendo partículas de un todo real y rítmico… y los instrumentos que usaremos para ellos serán increíblemente sencillos comparados con nuestros teléfonos actuales. Un hombre podrá llevar uno en su bolsillo.»

estaciones de radio clarke

Estaciones de radio (satélites de comunicaciones) predichos por Arthur C. Clarke en 1957.

Merece la pena pararse unos instantes a pensar –desde nuestra cómoda perspectiva de hoy día, en que es fácil conectar cualquier cosa con todo lo demás– lo que supuso a nivel logístico colocar una estación meteorológica en un monte de 4.695 metros cubierto de nieve a más de 550 km del punto de recepción.

Y merece la pena porque, gracias a ese tipo de experimentos casi absurdos, disponemos hoy de un nivel de tecnología nunca antes visto.

Bibliografía

  • Secretos del futuro, Arthur C. Clarke, 1964.
  • How the world was one. Arthur C. Clarke, 1957.
  • Las tecnologías IoT dentro de la industria conectada 4.0, EOI, 2016.
  • El origen del IoT, Bruno Cendón, 2017.

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Imágenes | Mont Blanc en 1874, iStock/CherriesJD, dekel

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