Dicen que las manos reflejan muchas cosas sobre nosotros. Con ellas no solo realizamos las tareas diarias sino que además nos expresamos, nos comunicamos. Tanto es así que seremos capaces de manejar los dispositivos tecnológicos con simples gestos, o por lo menos es lo que quiere Google, que ha recibido por fin la aprobación por parte de la Federal Communications Commission (FCC) norteamericana para desarrollar a gran escala uno de sus planes más revolucionarios: Project Soli. Hablamos de pequeños radares capaces de reconocer los movimientos que realizamos para, seguidamente, interpretarlos. Todo ello sin tocar la pantalla, sin demasiado esfuerzo, vaya. Sabemos lo que estáis pensando, pero es tan increíble como cierto.
Llegó la hora
Project Soli vió la luz en el año 2015. Por aquel entonces, Ivan Poupyrev lideraba una iniciativa recién nacida que prometía convertirse en una auténtica revolución. Sin embargo, todo lo que tenían era eso, pruebas y más pruebas a pequeña escala. Después de mucho esperar, y por qué no decirlo, de pelear, la Federal Communications Commission (FCC) ha concedido una exención a Google, para probar Soli a niveles de radiofrecuencias más potentes.
Según Reuters, Google solicitó en marzo de 2018 la aprobación de la Comisión para operar en una banda de frecuencia de 57 a 64 GHz. Facebook hizo entonces acto de presencia oponiéndose a tal petición. ¿Su justificación? El gigante de las redes sociales afirmaba que si Soli ganaba potencia podría llegar a interferir en otras tecnologías y dispositivos.
Las negociaciones duraron unos cuantos meses (ya sabéis cómo son estas cosas) pero finalmente se llegó a un acuerdo. La FCC otorgó a Google la licencia para realizar las pruebas pertinentes con Project Soli en un rango de frencuencias mayor al utilizado hasta el momento pero menor que el propuesto inicialmente por la compañía. Según la Comisión, y tal como recoge Reuters, «Project Soli será de interés público al proveer un innovador dispositivo con tecnología de gestos inalámbrica».
Ojo, esto no quiere decir que mañana mismo nos acerquemos a una tienda cualquiera y encontremos un dispositivo que nos permita apagar la alarma del movil con un movimiento de pulgar o encender una luz con un giro de índice. No sabemos cuándo llegará la versión comercial de Project Soli, pues quedan todavía muchas pruebas para consolidar esta tecnología. Lo que no se puede negar es que el proyecto es innovador, sorprendente y que, cuando vea definitivamente la luz, quizás cambie nuestra forma de relacionarnos con la tecnología.
¿Y tú quién eres Project Soli?
Project Soli ha encontrado su base en el concepto de Virtual Tools, una metáfora que imagina e imita las interacciones con las herramientas físicas. A partir de ahí, la idea con la que nació Project Soli era la de crear un pequeño radar móvil, y con pequeño queremos decir minúsculo, que se pudiera incrustar en cualquier tipo de dispositivo, desde un smartphone hasta un coche. El radar capta imágenes tridimensionales del entorno, lo que nos permitiría controlar los dispositivos mediante gestos, uilizando ondas electromagnéticas.
Uno de los aspectos más importantes a la hora de desarrollar estos radares es la precisión. Google ha alcanzado parámetros de gestos a velocidades de 100 a 10.000 movimientos por segundo. Muchos os preguntaréis si cualquier gesto vale para ejecutar cualquier acción y la respuesta es no. Desde Google están creando un lenguaje gestual con movimientos universales que nos permitan controlar de forma sencilla los dispositivos. Está claro que nadie quiere complicarse más la vida ¿no?
Aunque estos controles son totalmente virtuales, las interacciones aportan una sensación física y sensible. La retroalimentación se genera gracias a la sensación háptica, un sistema de percepción, integración y asimilación de sensaciones, a través del tacto activo.
Si Project Soli llegase a tener una verdadera proyección comercial diríamos adiós a las pantallas táctiles ya que, gracias a esta nueva tecnología, no será necesario ningún tipo de contacto físico para realizar determinadas acciones. ¿Tendrá la tecnología, tal y como la conocemos, los días contados?