«Esta persona no existe» pero la inteligencia artificial hace que lo parezca

«This person does not exist»

Como ya hemos visto en muchas ocasiones, la inteligencia artificial lo puede todo, o casi todo. Esta tecnología es capaz de recrear rostros humanos a través de algoritmos sin la necesidad de que estos sean reales. Si no nos creéis, tan solo tenéis que entrar en «Esta persona no existe», una nueva web cargada de caras totalmente realistas que, por mucho que os extrañe, no existen. Cada vez que pulsáis F5 la web recarga una nueva imagen con un rostro distinto al anterior. Así una y otra y otra y otra vez, hasta que os canséis y os convenzáis de que la inteligencia artificial está pisando fuerte.

«Esta persona no existe», PERO PARECE QUE SÍ

Ir pasando un rostro tras otro está muy bien pero, ¿cómo es posible que sean todos tan reales? Parece cosa de ciencia ficción porque, desde la humilde experiencia, debemos confesar que están más que bien conseguidos. El truco se encuentra en un algoritmo de inteligencia artificial conocido como Redes de Confrontación Generativa (GAN). Este sistema vio la luz en el año 2014 gracias a Ian Goodfellow, pero debemos decir que en aquellos años sus habilidades eran un tanto limitadas. Los GAN no eran capaces de generar imágenes superiores a 1024 píxeles por aquel entonces pero, actualmente y tras años de modificaciones, ya habéis visto de lo que son capaces.

Las Redes de Confrontación Generativa están compuestas por una especie de red neuronal que cuenta con dos fuerzas dominantes: la discriminatoria y la generadora. Ambas luchan entre sí de forma constante para perfeccionar la generación de imágenes y obtener un mayor realismo en las personas representadas.

Detrás de la web «Esta persona no existe» está Phillip Wang, un ingeniero de software en Uber que quiso demostrar al mundo el potencial de esta tecnología. Basándose en la tecnología de los GAN, desarrollados por la compañía Nvidia, Wang ha creado un nuevo código llamado StyleGAN que nos demuestra la sencillez de vislumbrar miles de rostros falsos sin la necesidad de que el usuario intervenga.

EL PELIGRO DE UN MAL USO

Como siempre ocurre, los avances pueden dar lugar a usos un tanto cuestionables desde el punto de vista ético (por decirlo de alguna manera). En el caso de las tecnologías capaces de generar rostros humanos de la nada, la cosa parece estar bastante clara. La relativa facilidad de uso de estos sistemas permite manipular vídeos y noticias de forma casi imperceptible, algo que sin duda puede tener un efecto nefasto en nuestra sociedad. Estamos rodeados de fakenews y deepfakes y, si no se tiene buena voluntad, los GAN son perfectos para estos fines.

Eso sí, que nadie se alarme porque no todo es malo. Tal y como asegura Wang, la creación de caras humanas falsas que aparentan ser absolutamente reales permite mejorar el realismo de los videojuegos o crear aplicaciones de modelado 3D con resultados asombrosos, y esto son solo algunos ejemplos. La tecnología ha venido para hacernos la vida más fácil y divertida y eso, no se lo pueden quitar aquellos que la utilizan con otros objetivos. El caso es que, si no tenéis nada que hacer y no sabéis cómo matar el tiempo, «Esta persona no existe» os brinda una opción nada despreciable. A ver si alguno de vosotros es capaz de ver la diferencia entre una persona real y un rostro falso pero, avisamos, no será nada fácil.

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