Tienes menos vida social que una bacteria, ellas viven en comunas hippies y son muy promiscuas

bacteriasImaginamos a las bacterias como microorganismos unicelulares solitarios que viven aislados flotando en suspensión, unos seres tristes y aburridos. Pero no, en realidad viven en algo así como comunas hippies y son muy promiscuas.

Así lo explica Ignacio López-Goñi, Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra,  en The Conversation, en un artículo que  aborda la vida social de las bacterias al hilo de la concesión del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica a los microbiólogos Jeffrey I. Gordon y Peter Greenberg, y a la bioquímica Bonnie L. Bassler.

El experto, miembro de la SEM (Sociedad Española de Microbiología), señala que «la mayoría de las bacterias viven todas juntitas en comunas, se comunican entre sí y son muy promiscuas (intercambian genes entre ellas con mucha facilidad). Así es como nos las encontramos en la naturaleza, formando microcolonias de millones de individuos juntos en el suelo, en el curso de un río, alrededor de las raíces de las plantas, o en nuestro interior sobre el epitelio del intestino o en las encías de nuestra boca».

Y es que vivir en comunidad, acampadas sobre una biopelícula formada por una especie de moco pegajoso de polisacáridos y proteínas mejora el sistema de autodefensa de las bacterias. «Eso las hace más resistentes a las agresiones externas, sobreviven mejor y se facilita su propagación. Así son, por ejemplo, mucho más resistentes a los antibióticos o al sistema inmunitario», apunta López-Goñi.

bacterias cotillas

En su artículo de The Conversation, el experto señala, además, que las bacterias se comunican entre sí. «Son cotillas y cuchichean entre ellas, tienen su propio lenguaje. Son capaces de saber que están en grupo y de hacer cosas que no harían cuando están solas (vamos, más o menos como un adolescente). Es un fenómeno que se denomina percepción del quórum (o quorum sensing, en inglés): saben cuándo hay quórum suficiente para llevar a cabo una nueva función todas juntas.»

«La percepción del quórum es un mecanismo para evaluar la densidad de la población. Muchas bacterias emplean este sistema para asegurarse de que hay suficiente número de ellas antes de iniciar una actividad que requiere una cierta cantidad de individuos para que funcione de forma efectiva», añade.

YO, MI CIRCUNSTANCIA Y MI MULTITUD

¿Pero y qué nos importa la vida social de las bacterias? Según Ignacio López-Goñi, «conocer cómo se comunican las bacterias entre sí y su relación con nuestro organismo puede suponer un cambio de paradigma en la medicina personalizada del futuro».

Se han descrito más de 300 enfermedades relacionadas con una alteración o cambios en la microbiota: desde obesidaddiabetes, enfermedades autoinmunes e inflamación intestinal hasta depresión, autismo o Alzheimer. Muchas veces no sabemos si ese cambio en la microbiota es la causa o el efecto de la enfermedad, pero cada vez hay más datos de que hay una relación entre ambos.

Las personas somos un ecosistema lleno de millones de interacciones entre esos microorganismos (la mayoría bacterias) y nuestras células. Hoy sabemos que somos superorganismos y que por cada célula humana tenemos en nuestro cuerpo al menos una bacteria: somos mitad humanos, mitad bacteria. Y son más de 10 000 tipos distintos de especies bacterianas.

Artículo completo en The Conversation.

Imagen: Bacterias englobadas en una matriz o biopelícula. Kateryna Kon / Shutterstock

.The Conversation

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