Un comedero de aves inteligente para jugar a Pokémon Go en la vida real

comedero de avesUn comedero de aves, dotado con cámara e inteligencia artificial, permite gamificar el cuidado de estos animales convirtiendo esta actividad en una especie de Pokémon Go de la vida real.

Este comedero de aves inteligente ha sido presentado en la última edición de la Feria de Electrónica de Consumo (CES), cita anual que avanza algunas de las nuevas tecnologías que marcarán el futuro. Este caso quizás no sea para tanto pero resulta curioso.

Según Kyle Buzzard, cofundador de Birbuddy, su invento permite convertir en un juego la alimentación de las aves en tu terraza o jardín, algo así como un Pokémon Go con animalillos de verdad.

Este comedero de aves toma fotografías de los animales que llegan a él buscando comida. Su tecnología de inteligencia artificial puede reconocer más de 1.000 especies de pájaros, lo que permite a los usuarios compartir, a través de una aplicación móvil, imágenes de los animales que se están alimentando. Cuando uno de estos pequeños plumíferos se pose en el dispositivo, el usuario recibirá una notificación en el móvil, otra más añadir a las que llegan de redes sociales, medios de información, etc. Pero, en este caso, quizás proporcionen una satisfacción inédita.

Un comedero de aves, una galería de fotos

La cámara de este comedero de aves se controla desde el smartphone y hay que reconocer que las instantáneas que toma son de buena calidad y proporciona algunas imágenes sorprendentes y divertidas que se pueden archivar en un álbum de fotos digital.

Según sus creadores, «con Bird Buddy no solo estás ayudando a las aves alimentándolas. También está contribuyendo con información extremadamente importante a la base de datos de migraciones y poblaciones de aves que ayudará a los expertos a comprenderlas y protegerlas mejor».

La batería puede durar entre 5 y 15 días, dependiendo del número de fotos tomadas: Se puede recargar con un cable USB-C o con paneles solares, si así se prefiere. El precio oscila entre 200 y algo más de 300 euros y el material con el que está fabricado resiste el ataque de las ardillas.

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