Un hombre parapléjico vuelve a andar gracias a la conexión inalámbrica de cerebro y médula

conexión inalámbrica para volver a caminarUna conexión inalámbrica entre su cerebro y su médula dañada ha permitido volver a caminar a un paciente parapléjico que, hace una década, sufrió la parálisis de sus piernas por daño medular tras un accidente de bicicleta.

La clave de este logro es un «puente digital» que establece la comunicación entre el cerebro del paciente parapléjico y su médula espinal, transformando el pensamiento en acción. La investigación la han liderado investigadores de Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) que, en 2018, 2018, lograron que tres hombres paralizados desde hacía varios años consiguieran ese objetivo, tras introducirles implantes en la médula espinal.

“Hemos creado una conexión entre el cerebro y la médula espinal, mediante una interfaz cerebro-ordenador [BCI], que transforma el pensamiento en acción con algoritmos de inteligencia artificial”, destaca Courtine, líder del estudio publicado en Nature.

Los autores explican que esta tecnología permitió al paciente recuperar el control natural del movimiento de sus piernas paralizadas. Además, después de varias sesiones de rehabilitación con la BCI, el equipo cuantificó notables mejoras en sus percepciones sensoriales y habilidades motoras y que se mantuvieron incluso cuando el dispositivo estaba desconectado.

conexión inalámbrica para caminar hacia el bar

Andrea Galvez Solano, investigadora de la EPFL y primera firmante del trabajo, comenta a SINC que “la novedad de la BCI es que el paciente puede controlar la estimulación —y por tanto los movimientos— directamente a través de sus pensamientos”.

Según Galvez, “esto significa que es capaz de dar pasos más largos o cortos, caminar sobre diferentes superficies e incluso subir escaleras, adaptándose a los entornos de la vida cotidiana. Es probable que la activación simultánea de las neuronas por encima y por debajo de la lesión, que permite la interfaz, junto con sesiones de rehabilitación específicas, favorezca la recuperación neurológica y mejore el cuadro clínico del paciente, subraya.

El paciente, llamado Gert-Jan, comenta que, después de diez años, ha recuperado la agradable sensación de poder compartir una cerveza de pie en un bar con sus amigos: «Este simple placer representa un cambio significativo en mi vida».

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