Ana Bernal-Triviño: «Una comunicación que no sea feminista no es democrática»

Profesora de la Universidad Oberta de Catalunya y periodista, Ana Bernal-Triviño se ha convertido en una de las voces más importantes del movimiento feminista, una causa que defiende a través de sus múltiples colaboraciones con medios de información y su actividad en redes sociales. Ahora presenta su nuevo libro «No manipuléis el feminismo» en el que hace un repaso a las amenazas que acechan a los derechos de las mujeres.

En un momento en el que la desinformación y las fake news están tratando de imponer su reinado, Ana Bernal-Triviño repasa los bulos y mitos sobre el feminismo que nos llegan a través de los medios de comunicación y escuchamos en conversaciones cotidianas, con el objetivo de contrastarlos y desmentirlos.

-¿Por qué hablas en tu libro de manipular el feminismo? ¿Quién lo está manipulando?

Este libro parte de un artículo que escribí a finales del año 2017, cuando el movimiento del 8M se encontraba en plena eclosión. El feminismo siempre lo manipulan los machistas pero lo que ocurre es que se encuentran en todos los estamentos. Públicos, privados, institucionales, empresariales, religiosos… Eso es el patriarcado, esa influencia de la visión masculina en los núcleos de poder.

A parte de tener la mayor representación, la parte masculina es la que articula el discurso. En aquel artículo del que te hablo, yo puntualizaba en aquellos bulos que, sobre todo a través de las redes sociales pero también de páginas web, vídeos de youtube… me iban llegando. Este material contenía discursos misóginos que atentan contra los derechos de las mujeres y, desde el año 2017 hasta ahora, ese discurso ha aumentado.

Con cada manifestación del feminismo llega una respuesta del patriarcado que se articula a través de la política y de la visión de la ultraderecha, que contiene ese mensaje contra los derechos de las mujeres. La manipulación del feminismo se ha legitimado a través de la política.

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-¿Qué opinas sobre el trato que se está dando al feminismo en los medios de comunicación? ¿Crees que se han convertido en un altavoz de la causa o en un arma de doble filo para la misma?

El feminismo en los medios de comunicación, a partir de los últimos 8M, ha experimentado una serie de cambios. Ha habido una revolución social que ha permitido crear una mayor conciencia sobre la necesidad de proteger los derechos de las mujeres y adoptar una postura de tolerancia cero ante determinados comportamientos. Lo único es que, obviamente, siguen perdurando malas prácticas en el periodismo y realmente el trato que recibe el feminismo por parte de los medios no dista mucho del que recibían en su día las sufragistas por parte de la prensa.

La prensa que está comprometida con los derechos humanos enfoca perfectamente cuál es la importancia del feminismo, pero tenemos otra que tiende al conservadurismo y que, en la mayoría de los casos, está muy vinculada a la ultraderecha. Esta última trata de ridiculizar y estigmatizar constantemente al movimiento feminista y sobre todo a las feministas y a las distintas asociaciones que trabajan en favor de la causa.

«La manipulación del feminismo se ha legitimado a través de la política»

Las tachan de chiringuitos pero no son capaces de hablar sobre la cantidad de dinero que se destina al machismo para mantenerlo, para cubrir el daño humano que provoca. El machismo tiene un gasto económico de atención, de servicios en las distintas instituciones del que no se dice absolutamente nada en los medios. Sin embargo, sí se encargan de difundir bulos cuyo último fin es el de quitar protección a la mujer que realmente lo necesita.

Aquellos medios que cumplen con su código deontológico y que defienden los derechos humanos sí son un altavoz en favor de la causa, pero como te digo, no todos siguen esta senda. Además, existe una mala praxis que consiste en informar de la violencia de género como si fueran un crimen más, algo que aisla el hecho en sí del análisis sistémico que hay que realizar para comprender el suceso.

«Resulta muy paradójico observar cómo el machismo está instalado en las redes sociales y en las empresas que las controlan»

-En “No manipuléis el feminismo” tratas de desmontar mitos y bulos que se han creado alrededor del movimiento feminista ¿Cuáles son los que te parecen más peligrosos?

Me parecen peligrosos todos pero especialmente todos aquellos que tienen que ver con la justicia y la protección de las mujeres que son víctimas de la violencia machista. Es decir, el negacionismo que, empezando por esta última oleada que asegura que la violencia de género no existe y que se trata de violencia intrafamiliar, me parece un paso muy grande hacia atrás. Además, hay que tener en cuenta todo lo que rodea esto, por ejemplo, afirmar que las mujeres matan más, que ponen denuncias falsas…

La Ley de Violencia de Género es una buena ley a la que le falta mayor implementación y para eso hace falta dotación económica. Por lo tanto, cualquier cuestionamiento a una ley que lo que tiene que hacer es mejorar, resulta muy dañino para la sociedad porque arrebata a las víctimas el derecho a ser supervivientes.

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entender y empatizar

-¿Necesitan los periodistas una formación específica en materia de género?

Sí, necesitan una formación específica que, en cierto modo, tiene que venir por parte de sus responsables. A esto es importante añadirle la autocrítica y una actitud autodidacta. Cuando se ejerce mal el periodismo en relación a la violencia de género se está marginando a la mitad de la población. Una comunicación que no sea feminista no es una comunicación democrática.

Muchas veces en las informaciones se da una revictimación de las mujeres afectadas que no se produce en otro tipo de informaciones relacionadas, por ejemplo, con ataques terroristas. Creo que el paso más importante que debe dar la prensa es asimilar el proceso psicológico por el que pasa una víctima que ha sufrido cualquier tipo de violencia machista. Solamente comprendiendo el viaje que tiene que hacer esta mujer para pasar de víctima a superviviente (si tenemos esa opción porque no es asesinada) lograremos entender y empatizar. A partir de ahí, podremos elaborar una buena información.

«Cuando se ejerce mal el periodismo en relación a la violencia de género se está marginando a la mitad de la población»

 -Las redes sociales se han convertido en una especie de pseudomedios de comunicación que utilizan millones de personas en todo el mundo para informarse diariamente. ¿Qué hay del feminismo en este espacio virtual? ¿Se ha impuesto aquí la discurso del odio?

El machismo ataca al feminismo en el espacio físico pero también lo hace en el espacio virtual. Yo recuerdo, cuando elaboré el artículo del que te hablaba antes, que Forocoches se convirtió en un hervidero de persecución a compañeras feministas a las que se citaba de forma textual.

Claro que se ha desarrollado un discurso del odio en las redes sociales pero principalmente porque las propias empresas que están a cargo de estas redes lo han permitido. Muchas veces, y me incluyo en este grupo, hemos denunciado determinados mensajes que nos han llegado a través de estas plataformas. La respuesta que hemos recibido es que se trata de libertad de expresión y no se puede hacer nada para eliminar estos comentarios.

Sin embargo, cualquiera de nosotras hemos respondido de forma crítica a estos comentarios y hemos tenido que aceptar la suspensión temporal de nuestras cuentas. Resulta muy paradójico observar cómo el machismo está instalado en las redes sociales y en las empresas que las controlan. Este es un punto a tratar que todavía tenemos muy pendiente y pienso que las compañías deberían tomárselo realmente en serio, protegiendo a las mujeres en sus plataformas.

la violencia sí que tiene género

-Nos gustaría conocer qué opinas de la utilización que algunos grupos políticos hacen de los conceptos de violencia de género y violencia intrafamiliar

Hasta hace poco, nadie se atrevía a cuestionar el concepto de violencia de género porque la violencia sí que tiene género. Y no es porque lo diga el movimiento feminista, es porque la historia nos da la razón. La ONU desde los años 90, cuando realiza las conferencias de la mujer, deja muy claro que existe una desigualdad histórica entre hombres y mujeres.

La violencia intrafamiliar es otra cosa. El feminismo no niega este tipo de violencia, simplemente presenta las cifras. Si este año llevamos un número de mujeres asesinadas, según cifras oficiales, mayor que el del año anterior es porque el mensaje misógino se está difundiendo y está calando en parte de la sociedad. Cabe destacar, tal y como recojo en el libro con datos, que el movimiento feminista ha denunciado en muchas ocasiones la vulnerabilidad de las mujeres en el ámbito familiar donde también se convierten en las asesinadas.

Son dos realidades y hay una, especial y específica que cuenta con el amparo, no solo de la ONU, sino y simplemente por dar un ejemplo, del último Convenio de Estambul en el que se hace referencia a esta problemática en los términos que hasta hace poco no se ponían en duda.

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¿ni machista ni feminista?

-Hay mucha gente, y de hecho muchas figuras políticas, que se excusan detrás de la expresión “ni machismo, ni feminismo. Igualdad”. ¿Qué pensamientos te produce esta afirmación?

Esta frase es para quedar bien. Proviene de personas que parecen no tener mucho conocimiento sobre los derechos humanos en general y los de las mujeres en particular. Parte de la prensa y de la sociedad se ha encargado de transmitir el feminismo como un movimiento extremista cuando, lo verdaderamente extremista es que seamos asesinadas, violadas, acosadas o maltratadas.

Con esta visión de ofrecer el feminismo como algo radical intentan compararlo con el machismo. Sin embargo, en el diccionario de la Real Academia de la Lengua el feminismo no aparece como antónimo del machismo. Básicamente porque el primero salva y el segundo mata, viola y hace daño.

En la política se escuchan este tipo de manifestaciones porque es un discurso fácil y, normalmente tenemos el defecto de no querer posicionarnos en determinadas situaciones pero, algunas requieren un posicionamiento claro que salga de la equidistancia. Por ejemplo, cuando existía el nazismo podíamos ofrecer información equidistante si incluíamos la declaración de Goebbels y la de un rabino. Pero de esta forma no estaríamos ejerciendo realmente el periodismo porque una parte es la víctima y la otra es la agresora y no podemos transmitir en el discurso que ambas sean iguales.

Hay mujeres que sostienen esta afirmación y muchas de ellas son políticas, es decir, tienen una representación. Es muy fácil articular este discurso pero es que, si no lo hacen, no serán admitidas en el status quo de su propio partido o de su entorno.

«Parte de la prensa y de la sociedad se ha encargado de transmitir el feminismo como un movimiento extremista cuando, lo verdaderamente extremista es que seamos asesinadas, violadas, acosadas o maltratadas»

-¿Es el feminismo un movimiento político vinculado a alguna ideología?

El feminismo no es un movimiento partidista pero sí es político porque no hay otra forma de articularlo. Revisando toda la historia del feminismo podemos darnos cuenta de esto. Por ejemplo, durante la Revolución Francesa ya vimos cómo se necesitaba la política para hacer efectivos todos esos derechos civiles.

Tal y como narro en «No manipuléis el feminismo», hay que tener memoria. España está muy falta de memoria histórica pero, sobre todo, de memoria histórica feminista porque nos la han negado. La dictadura creó una ideología sobre la misión que la mujer tenía en la fundación y la protección de la familia. Eso es una peculiaridad nuestra que con la llegada de la democracia hemos ido desmontando pero, la irrupción en la escena pública de determinados partidos políticos está revitalizando esta visión.

La memoria histórica feminista de la que hablo es fundamental cuando vamos a depositar nuestro voto para saber cuáles son los partidos que sí han estado apoyando el desarrollo de los derechos de la mujer. ¿Eso significa que el feminismo sea partidista? No, porque este movimiento no pertenece a ninguna ideología, es una filosofía de vida más justa e igualitaria. El movimiento feminista es algo que, actualmente, todos los partidos quieren capturar para ponerse medallas y conseguir votos y es necesario ser conscientes de quién estuvo presente en cada momento. Eso no quiere decir que desde dentro del propio movimiento no se critiquen las actuaciones incorrectas de unos y otros, independientemente del sello político.

«Considero que la RAE necesita una renovación en su discurso, principalmente porque es una institución que todavía está dominada por hombres».

-La RAE rechaza el lenguaje inclusivo, ¿qué opinas sobre esto?

Considero que la RAE necesita una renovación en su discurso, principalmente porque es una institución que todavía está dominada por hombres. Sin embargo, hay muchas compañeras catedráticas, doctoras… dentro del ámbito de la lingüística que explican la necesidad del uso de un lenguaje inclusivo.

Lo que realmente me altera de todo este tema es que este debate se utilice para ridicular al movimiento feminista, como ocurrió con la palabra «portavoza». Este hecho se convirtió en «trending topic», algo que no ocurrió con asesinatos machistas que tuvieron lugar esa misma semana. Esto da mucho que pensar sobre cuáles son nuestras prioridades.

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-¿Por dónde se empieza a inculcar la igualdad cuando una y otra vez tenemos que estar explicando un término como el feminismo?

Se debe empezar en el hogar. Desde el momento en el que nace un ser humano tenemos que ver cómo nos comportamos y cómo actuamos en función de si es niño o niña. Darnos cuenta de si estamos desarrollando estereotipos de género sobre ese menor. Yo creo que es en el espacio privado donde está la mayor evolución. El movimiento feminista de los años 70 situó aquí el foco y afirmó que lo personal es político porque sí, podemos tener políticas públicas de apoyo a los derechos de la mujer pero si dentro de nuestras relaciones personales diarias no analizamos y hacemos autocrítica desde una perspectiva de género corremos el riesgo de perpetuar el machismo.

Tenemos que trasladar a la sociedad la idea de que el feminismo es una cuestión de derechos humanos y quién podría estar en contra de esto. Esa es la gran pregunta.

el cuerpo femenino y las amenazas al feminismo

-En tu libro “No manipuléis el feminismo” hablas sobre la importancia de conocer el pasado para afrontar los desafíos futuros. ¿Qué amenazas acechan a los derechos de las mujeres?

Para mí, una de las grandes amenazas es la ultraderecha que está creciendo y que está lanzando un mensaje misógino muy dañino para los derechos de las mujeres y, sobre todo, para los derechos de protección de las víctimas.

Pero, quizá la amenaza más importante a la que nos estamos enfrentando actualmente gira entorno al concepto de la violencia sexual. Desde aquel #Metoo, las mujeres han dado un paso al frente a la hora de denunciar estas situaciones pero, al mismo tiempo, están siendo cuestionadas. En sintonía con esto, vemos que se articula una enorme amenaza alrededor del cuerpo femenino.

Hay dos grandes temas que la agenda feminista lleva arrastrando desde hace mucho tiempo: la prostitución y los vientres de alquiler. En primer lugar, se intenta separar prostitución y trata cuando distintos estudios han demostrado que es absolutamente imposible y que una se nutre de la otra.

Por otro lado, se está intentando vender la gestación por sustitución como algo revolucionario cuando no lo es. Por ejemplo, desde el Génesis se ha recogido esa idea de que las mujeres son una especie de vasijas. En consecuencia, y como digo, creo que las mayores amenazas a las que se enfrenta el feminismo giran alrededor del cuerpo femenino.

Imagen destacada: Ana Bernal-Triviño. Emisión del programa «La Mañana de la 1»
Imágenes: Wikimedia Commons, Twitter

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