Astroland es un innovador proyecto que simula condiciones de vida extraterrestres en una cueva de Arredondo (Cantabria). Con varias misiones en marcha y capital cien por cien español, a través de la investigación pretende ir mucho más allá de ‘mirar hacia las estrellas’.
Para David Ceballos, autodefinirse como ‘la primera agencia interplanetaria nacida en España’ es toda “una declaración de intenciones”. Aunque el CEO de Astroland reconoce la responsabilidad que genera liderar un proyecto de este calado, considera sus objetivos “ambiciosos, pero alcanzables” porque “la tecnología y la voluntad pueden hacer realidad el sueño de que un humano pise otro planeta que no sea la Tierra”.
Simulando la vida marciana en Arredondo
Los desafíos técnicos son considerables. De “todos los problemas extremos que hay que resolver” se han decidido por “los hábitats, ya que una misión a Marte tendría una duración de al menos dos años”. Como se tardarían “seis meses en llegar y luego habría que esperar un año allí, hasta que se abra la siguiente ventana temporal” debido a que la distancia varía “desde 55 millones de kilómetros hasta 401”, se necesitan “entornos análogos como banco de pruebas”.
“Según el consenso científico”, explica Ceballos, “lo más compatible con la vida humana en Marte sería establecerse debajo de la superficie, en los tubos de lava, para protegerse de la radiación estelar”. Astroland ya ha dado el primer paso, creando «la única estación subterránea análoga” donde poder probar condiciones de vida autónoma. Una tarea en la que colaboran con “muchas otras organizaciones y científicos que trabajan en diferentes líneas”.
– Su proyecto ARES Station ha establecido una estación de trabajo en una cueva de Arredondo. Entiendo que la elección se habrá basado en muchas condiciones. ¿Cuáles fueron las más determinantes?
Hay muchos motivos, pero uno de los más importantes es su gran tamaño. La analogía es importante, porque la gravedad en Marte es un tercio de la terrestre y por eso los tubos de lava tienen una gran dimensión. Además, se deben dar unas condiciones muy determinadas para poder realizar experimentos en su interior, en cuanto a conservación, cuidado del entorno y otros requisitos legales que hay que garantizar.
La psicología, un importante campo de estudio para Astroland
– La idea es probar un sistema de supervivencia humano en un ambiente similar al esperado en la colonización en ambientes exteriores. ¿Cuáles son los datos más fundamentales que recogen durante los experimentos?
Los dividimos en tres categorías. En lo que concierne a la biología, identificar rastros de vida y adquirir información de las cualidades únicas para sobrevivir en entornos extremos. En este sentido, ya hemos identificado diferentes extremófilos, no descritos con anterioridad por la ciencia, como por ejemplo la astrocuádrula, una especie y género nuevo de ameba.
De cara a la ingeniería, trabajamos con el objetivo de desarrollar ecosistemas circulares con el mayor grado de autonomía posible, como en materia energética, hacia un sistema integral del ciclo del agua o la purificación del aire, entre otras líneas.
Y el campo de la psicología es uno de los más importantes, ya que el mayor riesgo de fracaso de una misión tripulada a Marte puede ser el factor humano. Hay diferentes investigaciones, pero ponemos especial interés en el área inconsciente del cerebro, clave para entender su funcionamiento. Gabriel de la Torre presentará unas primeras conclusiones en el próximo Congreso Mundial del Espacio, que se celebrará en París (Francia).
– ¿Con qué distintas organizaciones comparten después sus análisis?
Los aprendizajes adquiridos se comparten con la comunidad científica en diferentes ámbitos. En el área de biología, por ejemplo, con el Instituto de Biotecnología Evolutiva de Barcelona y el Botánico de Madrid, además de otras universidades españolas y alemanas. El año pasado, Íñigo Muñoz Elorza expuso los resultados de sus misiones en el Congreso Mundial del Espacio de Dubai (Emiratos Árabes Unidos). Formamos parte de la asociación, un gran foro donde intercambiar información e ideas, y, además, seremos sede en 2023.
“2035 puede ser una fecha razonable para llegar a Marte”
– Hay factores positivos, como el empuje a la carrera espacial gracias al acuerdo entre SpaceX y NASA. Y también negativos, como la tensión provocada por la guerra de Ucrania a los de Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y Roscosmos. Teniendo en cuenta todos ellos, ¿qué estimación probable habría para volver a la Luna y aterrizar en Marte?
Aparte de ser un drama, la guerra de Ucrania también desestabiliza la exploración espacial por generar unas tensiones no vistas desde la Guerra Fría. Además, la geoestrategia afecta ahora al espacio, inicialmente en el área cislunar y luego en Marte. Varios países han creado ya fuerzas espaciales y plantean propuestas para establecer bases en la Luna, pero el primero en poner una tripulación en Marte evidenciará la supremacía tecnológica y probablemente el liderazgo mundial, por lo que hay muchos intereses en juego.
Nosotros tenemos la esperanza de que lo que nos lleve a Marte sea la colaboración y no la competencia, pero esto está por ver. Independientemente de que esta carrera la gane una iniciativa pública o privada, la fecha de 2035 puede ser razonable. Este mismo año SpaceX tiene previsto probar la Starship, nave, en teoría, dimensionada para poder alcanzarlo. Aun así, quedan muchos problemas por resolver.
– Además de ‘mirar hacia las estrellas’, Astroland también investiga el aprovechamiento de recursos naturales. ¿En qué consisten estos estudios y para qué podrían servir en un futuro inmediato, a buen seguro, marcado por la crisis climática?
Cuando te entrenas para trabajar en un entorno de escasez como es Marte, te das cuenta de que en la Tierra vivimos en un entorno de abundancia. Falta agua mientras dos tercios de nuestra superficie están cubiertos por ese elemento. Falta energía y no aprovechamos bien la solar, la eólica o la mareomotriz. Tenemos problemas de residuos en lugar de tratarlos como materia prima y darles una segunda vida. Cuando te das cuenta de lo hostil que es vivir fuera de la Tierra, más valoras la necesidad de relacionarnos de manera sostenible con nuestro entorno.
Tecnologías blockchain y ‘picosatélites’
– Tienen en proyecto lanzar dos satélites de pequeño tamaño, en colaboración con Hydra Space. ¿Con qué objetivos lo plantean?
Las investigaciones van orientadas a comunicaciones y aplicaciones prácticas de tecnologías blockchain. Supone un paso muy importante para nosotros. Esperamos que solo sea el inicio en esta línea.
– Los famosos Starlink de Elon Musk y el Project Kulper de Jeff Bezos han provocado controversia por la posibilidad de que contribuyan a aumentar la contaminación lumínica y los residuos espaciales. ¿Lo han tenido en cuenta a la hora de desarrollar Astroland 1 y 2?
Sí, hablamos de dos CubeSat de tamaño similar a una cajetilla de tabaco, con una esperanza de vida relativamente corta y que se autodestruyen a su entrada en la atmósfera. Están diseñados para ser lanzados en la órbita baja y siguiendo los más estrictos protocolos internacionales, precisamente para evitar estos problemas.
Las sinergias público-privadas, fundamentales
– Astroland es una empresa privada y de capital español que cuenta “con permiso de las administraciones implicadas en el control ambiental y legislativo”. ¿Son estas sinergias público-privadas fundamentales para el éxito?
Por supuesto. El proyecto se controla a través de informes de impacto medioambiental, arqueológico y patrimonial, y está regulado bajo concurso de pública concurrencia con el seguimiento de los agentes legales implicados. Es una gran fórmula para poner en valor el patrimonio subterráneo y contribuir al desarrollo.
– Hace unos meses fue noticia otra iniciativa, Diamond Foundry. ¿Qué otros proyectos innovadores se desarrollan en suelo español?
No tengo información detallada sobre Diamond Foundry, pero me parece muy buena idea. Creo que lo más interesante ahora tiene que ver con salud preventiva, longevidad y edición genética. El más potente quizás sea Altos Labs, y, en concreto el trabajo de Juan Carlos de Izpisua Belmonte, que roza la ciencia ficción.
En Nobbot | Así nos imaginamos la primera ciudad humana en Marte
Imágenes | Imágenes cortesía de Astroland.