Borisov, ¿el nuevo Oumuamua?

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¿Es Borisov el nuevo Oumuamua? Científicamente hablando, 2I/Borisov es un cometa muy especial, un «viajero intelestelar» que proviene de otro sistema solar. Su singular aparición ha generado un halo de misterio similar al del famoso Oumuamua.

Vivimos unos tiempos tan raros entre la COVID-19 y otra pandemia, la de las fake news, que hasta en la NASA se preguntan «si el mundo está preparado» para asumir el anuncio de que exista vida alienígena.

Solo hay que echar un vistazo a YouTube para comprobar lo populares que son los canales dedicados al misterio. Es lógico, por lo tanto, que la localización en nuestro radar (‘pun intended‘) del cometa 2I/Borisov desate una oleada de asombro y curiosidad como la del legendario Oumuamua.

BORISOV, EL COMETA MÁS PURO JAMÁS OBSERVADO

Según los científicos, lo que hace tan particular al cometa 2I/Borisov es que nunca ha pasado tan cerca de una estrella como para que su calor abrasador lo transforme. Se trataría, por lo tanto, del «más puro jamás observado».

Afirman astrónomos del Observatorio Austral Europeo que su consideración como objeto «prístino» aporta pistas sobre el Sistema Solar. No en vano, se calcula que contiene rastros inalterados de nubes de gas y polvo formadas hace 4.500 millones de años.

El 2I/Borisov fue descubierto en 2019 por el astrofísico ucraniano Gennady Borisov en el Observatorio MARGO de Crimea (Rusia). No son avistamientos usuales: hablamos del segundo objeto interestelar detectado hasta el momento en nuestro sistema.

¿ES BORISOV EL NUEVO OUMUAMUA?

El primero fue un asteroide que desconcertó a científicos por sus extraordinarias propiedades. Oumuamua, protagonista de disparatadas teorías en YouTube, también tenía una trayectoria no ligada al Sol. Este «explorador» (oumuamua en hawaiano) provenía del espacio profundo de otro sistema solar.

Para decepción de las mentes más imaginativas, los científicos lo catalogaron finalmente como fragmento de un planeta similar a Plutón. Y aunque el descubrimiento es a todas luces importante, dicha afirmación refuta la golosa teoría de su origen alienígena.

Las conclusiones de los investigadores sobre 2I/Borisov han llegado antes que las del Oumuamua, lo que ha invalidado muchas interpretaciones sobrenaturales. El equipo del ESO estudió los granos de polvo de 2I/Borisov y descubrió que la envoltura que rodea su cuerpo principal contiene piedrecillas compactas, con granos de aproximadamente un milímetro de tamaño.

Otro hallazgo fue que sus cantidades relativas de monóxido de carbono y agua cambiaron al aproximarse al Sol. Eso indica que Borisov está compuesto por materiales formados en distintas partes de su sistema planetario.

LA COLA DEL BORISOV, CLAVE PARA DESMONTAR MISTERIOS

Un equipo internacional publicó en la revista Nature Communications un análisis de la coma del 2I/Borisov. En él se afirmaba que dicha envoltura nebulosa polarizaba la luz a un ritmo mayor que en un cometa típico. De esto se desprende que no pasó cerca de su propia estrella antes de emprender el viaje interestelar.

En la observación de un cometa los detalles concretos de su cola son cruciales para que los científicos puedan ver lo intacta (prístina) que se encuentra. La razón es que el calor de una estrella hace que el hielo del cometa se evapore, liberando partículas de polvo. Las más ligeras pasan a la cola y las más pesadas se transforman en una corteza sobre su superficie.

Tal como explicó Lioudmila Kolokolova, del departamento de Astronomía de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), se observó «una coma muy homogénea, sin signos de chorros ni otras características». Como no tiene «corteza», Borisov es un cometa «realmente prístino, poco afectado por la radiación y las partículas cargadas».

EL ORIGEN DEL BORISOV: EL SISTEMA SOLAR TEMPRANO

Para el estudio del 2I/Borisov también fue útil el Very Large Telescope que tiene el ESO en Atacama, Chile. La polarimetría, una técnica que mide la polarización de la luz en cometas y otros pequeños cuerpos de nuestro Sistema Solar, ofreció más pistas. Los datos indican que el entorno del 2I/Borisov es similar al entorno del Sistema Solar temprano.

Hubo otro cometa con parecidas características: el Hale-Bopp, conocido a finales de los noventa. Suscitó mucho interés en la época, al ser uno de los más antiguos observados hasta entonces. En sus conclusiones los astrónomos afirman que es «muy plausible» que ambos se formaran en condiciones similares, siendo 2I/Borisov aún más prístino.

Al margen de interpretaciones más bien mitológicas, la aparición del 2I/Borisov es asombrosa. Tanto, que la comunidad astronómica anhela poder estudiar con detalle otro cometa errante a lo largo de esta misma década. Esperaremos con paciencia, ¡y mirando al cielo!

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Imágenes | Foto de M. Kormesser para el ESO, Vídeo “Artist’s animation of the surface of interstellar comet 2I/Borisov” de M. Kormesser” para el ESO, Vídeo “Animation of the orbit of interstellar comet 2I/Borisov” de L. Calçada para ESA/Space Engine

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