Cámaras con inteligencia artificial para acabar con la caza furtiva en África

Una manada de elefantes pasea tranquila por la sabana, ajena a todo lo que ocurre a su alrededor. Contemplarlos es un auténtico espectáculo, un regalo de la naturaleza. Su majestuoso tamaño, los torpes pasos de un bebé que saca una sonrisa hasta al más duro… pum. Y otra vez, pum, pum, pum. Sin saber muy bien de dónde provienen, una serie de disparos rompen la paz de estos animales y, en consecuencia, la del ecosistema en general. La caza furtiva hace acto de presencia, de nuevo, para acabar con toda belleza, con toda vida. Los datos de la ONG Save de Elephants nos dicen que entre 2010 y 2012 más de 100.000 elefantes fueron asesinados, lo que podría causar la extinción de la especie en menos de una década. Para frenar esta lacra ha nacido el TrailGuard AI, una cámara con inteligencia artificial que tratará de frenar a los furtivos y proteger así a las especies salvajes que conviven en libertad.

¿El fin de la caza furtiva?

La caza furtiva lleva mucho tiempo siendo uno de los grandes problemas del continente africano, un lugar en el que miles de especies están amenazadas por esta sucia práctica. La falta de recursos ha impedido frenar esta «actividad» pero, quizá la tecnología puede ayudarnos a alcanzar ese momento que muchos esperábamos. La organización sin ánimo de lucro Resolve, en colaboración con ingenieros de Intel Corporation, ha presentado el TrailGuard AI. Un proyecto críptico de cámaras cuyo objetivo no es otro que proteger a los animales que conviven en las reservas africanas.


El dispositivo, que se presentó hace tan solo unos días, incluye chips de visión que permiten detectar la presencia de vehículos y especies animales (incluyendo la humana), diferenciando entre ambos. Está formado por redes neuronales profundas, es decir, una combinación de parámetros matemáticos y estadísticos que tratan de imitar el funcionamiento de los sistemas neuronales de los organismos vivos.

Si se detecta algún movimiento extraño, el dispositivo envía un mensaje a los guardias que contiene las imágenes capturadas previamente. Gracias a ellas es posible proceder a la identificación y la detención de los cazadores furtivos. De hecho, los TrailGuard se pusieron a prueba en la Reserva Grumeti (Tanzania) y gracias a ellos se efectuaron 30 arrestos.

Fuente: Resolve

El TrailGuard es el primer dispositivo que utiliza la inteligencia artificial para luchar contra la caza furtiva. Este plus permite evitar los falsos positivos a los que se enfretaban anteriores proyectos basados en sensores de movimiento.

Casi indetectable

Uno de los grandes problemas de los sensores de movimiento desarrollados hasta el momento era su tamaño. Para los cazadores furtivos resultaba bastante sencillo localizarlos y evitar las zonas en las que estaban colocados. Sin embargo, el TrailGuard AI tiene el grosor de un dedo humano y es sencillo camuflarlo en la inmesidad de la sabana. Su batería también experimenta mejoras respecto a sistemas anteriores y es capaz de funcionar durante un año y medio frente a las 5 semanas de su antecesor.

Cabe destacar que este no es el primer mecanismo diseñado por Resolve. La organización lleva tres años creando y probando tres prototipos distintos de TrailGuard en la sabana africana África, lo que se dice ensayo y error vamos. Finalmente, y tras un duro trabajo, han alcanzado el TrailGuard AI, el dispositivo más efectivo de todos los que han diseñado.

Serengeti y muchos más

Este intento de acabar con la lacra de la caza furtiva se va a implementar en el Parque Nacional de Serengeti, ubicado en Tanzania y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981. Pero no solo eso. La idea de Resolve y su programa WildTech es proporcionar los TrailGuard AI a distintos parques nacionales, grupos de conservación y científicos cuya misión sea proteger y estudiar los ecosistemas y la vida salvaje que en ellos habita.

El proyecto cuenta con el apoyo de la National Geographic Society, la Fundación Leonardo DiCaprio, la Stadler Family Foundation y la WildCat Foundation, entre otras. Las contribuciones económicas de algunas de estas organizaciones han resultado cruciales para sacar adelante este proyecto.

Datos escalofriantes

Por aportar más datos, los elefantes de selva africanos están en peligro de extinción. Su población disminuyó un 30% entre 2007 y 2014, según datos del Great Elephant Census. Los tigres son otra de las especies más amenazadas por los cazadores furtivos. Según los datos de WWF España, el ser humano es el culpable de la desaparición del 97% de la especie en el último siglo. ?Los tigres ocupan actualmente el 7% de su territorio histórico, su población ha descendido de 100.000 ejemplares a principios del siglo XX, hasta 3.890 a día de hoy.

El rinoceronte es otra de las especies favoritas para la caza furtiva. Sus cuernos están muy valorados en el mercado negro gracias a la absurda creencia de que poseen poderes curativos. Cada año vemos cientos de imágenes de rinocerontes mutilados que no siempre logran sobrevivir a estos brutales ataques. Actualmente, según datos de WWF, quedan apenas 5 especies de este animal y cada año los cazadores furtivos asesinan a más de 1.200 ejemplares.

Quizá este sea el camino para acabar con una lacra que está quitando la vida a los seres vivos que habitan en nuestros ecosistemas. La caza furtiva es un asunto realmente serio, un problema que ya ha causado la desaparición de muchas especies y que si no frenamos a tiempo, seguirá destruyéndolo todo. Si el remedio no llega pronto, no quedarán especies a las que proteger.

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