El Salvador quería posicionarse como «país cripto», pero el experimento no parece estar saliendo tan bien como anticipaba su gobierno. Son varias las razones que pueden explicar el fracaso de esta arriesgada apuesta, que llega además en un momento inestable para el sector.
Hace poco más de un año El Salvador se convertía en el primer país que daba al bitcóin estatus de moneda oficial, equiparándola al dólar estadounidense. La noticia saltó a todos los medios y provocó innumerables comentarios en redes sociales, que oscilaban entre la expectación y la desconfianza.
Cuál fue la apuesta cripto de El Salvador
La cita a estas plataformas no es casual, ya que su joven presidente, Nayib Bukele, ha demostrado dominar su lenguaje a la perfección. De hecho, una comunicación en sintonía con el público joven y su rapidez en adoptar políticamente el meme le confirió una pátina de seriedad al sueño cripto de su país.
¡El Salvador será el primer país del mundo en tener una #BitcoinCity!
Estará entre la ciudad de La Unión y Conchagua. Las personas podrán vivir en La Unión pero trabajar en la #BitcoinCity. Pronto empezarán a ver todos los beneficios, cuando el desarrollo y la inversión llegue. pic.twitter.com/21bx7Yc5aJ— Casa Presidencial ?? (@PresidenciaSV) November 21, 2021
La apuesta era ambiciosa. Tras su aprobación por parte del Congreso, los salvadoreños podrían pagar sus impuestos en bitcoines y estarían obligados a aceptar la criptodivisa para bienes o servicios. El plan era que conviviera como moneda de curso legal, en conjunción con el dólar estadounidense.
Para promocionar el plan se creó una billetera nacional para criptomonedas, llamada Chivo, precargada con 30 dólares para cada usuario que se registrara. Otras acciones serían la instalación de 200 cajeros automáticos de bitcóin por todo el país y la creación de un fondo de 150 millones de dólares, en el Banco Estatal de Desarrollo, para respaldar las transacciones.
La primera (y volcánica) BitcOin City del mundo
Una gran ventaja para inversores extranjeros era que los intercambios en bitcóin estarían exentos del impuesto a las ganancias del capital. De hecho, la idea fundamental que explicaría esta apuesta podría ser la intención de convertir El Salvador en un país apetecible para traders y expertos en finanzas relacionadas con el sector tecnológico.
Otra razón es que hablamos de un país fuertemente ‘dolarizado’ donde hasta el 20 % del PIB está representado por remesas provenientes de salvadoreños que trabajan en Estados Unidos. El bitcóin podría recortar las pérdidas debidas a las tarifas de transferencia, y ayudaría a blindar al país contra las decisiones de la Reserva Federal estadounidense.
Hubo más sueños cripto que rozaban la extravagancia. Por ejemplo utilizar la energía geotérmica de sus volcanes para impulsar la minería de bitcoines a precios competitivos. El nodo sería una grandilocuente Bitcoin City que en su plaza central deslumbraría con el símbolo de la conocida criptomoneda.
A los salvadoreños no les seduce el bitcóin
Según Bukele, convertirse en el centro mundial del minado y acumular solo el 1 % del valor en circulación del bitcóin haría crecer su PIB hasta en un 25 %, pero sus ambiciosos planes no se han materializado. A pesar de haber publicado imágenes y planos de esta futurista ciudad cerca del volcán Conchagua, la venta de bonos con la que iba a ser sufragada no ha encontrado hueco en el mercado.
No es el único dato que desinfla el sueño cripto. Según datos de la Oficina Nacional de Investigación Económica, la mayoría de los salvadoreños que descargó la aplicación no la ha integrado en sus rutinas diarias. Se calcula que el 60 % gastó los fondos promocionales para no volver a utilizarla, y hasta el 20 % ni siquiera aprovechó esos primeros bitcoines gratuitos.
El pequeño grupo de ciudadanos que sí ha usado Chivo de manera activa responde en su mayoría a un perfil joven, con educación y ya ‘bancarizado’. Esto significa que la apuesta del Gobierno por usar criptomonedas para alcanzar a ese casi 70 % de hogares salvadoreños que no poseen cuentas en bancos, al menos digitales, ha fracasado.
El sueño cripto de El Salvador se desvanece
Aunque evite definirlo como un fracaso, el ex jefe del Banco Central, Carlos Acevedo, lo ha expresado de manera rotunda: “Ya nadie habla realmente de bitcóin aquí, se ha olvidado”. Hay noticias más preocupantes, como que las arcas criptográficas del Gobierno se hayan reducido a la mitad, lo que ha contribuido a agravar una deuda de más de 1000 millones de dólares.
El problema es que esta decepcionante adopción del sueño cripto se retroalimenta con la situación inestable del sector: el precio del bitcóin ha caído un 55 % desde que Bukele anunció su plan y más del 70 % desde noviembre de 2021. Esta volatilidad ha provocado que agencias calificadoras como Fitch devalúen el puntaje crediticio del país, lo que ha complicado y encarecido la venta de deuda.
Se calculan pérdidas de hasta 374 millones de dólares para las arcas públicas debido al ‘experimento’. Y según una encuesta, el 71 % de los salvadoreños no considera que el bitcóin haya mejorado sus finanzas. Sin embargo, Bukele, a quien críticos con el Gobierno atribuyen formas autoritarias, sigue siendo bastante popular gracias a su lucha contra las pandillas y los esfuerzos por impulsar el turismo.
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Imágenes | Portada: fotografía de Kanchanara; interiores de Dan Meyers, y Kanchanara, todas en Unsplash.