Guía para tomar la mejor foto de tus vacaciones (sin dejar de cuidar tu cámara)

Durante las últimas jornadas ha tenido lugar el Día Mundial de la Fotografía y, una vez más, nos hemos dado cuenta de que, a pesar de las prestaciones de nuestra cámara, aún nos queda mucho que aprender para convertirnos en estrellas de Instagram. Por ello, hemos recabado algunos consejos clave para conseguir la mejor fotografía de nuestras vacaciones, así como para cuidar de la cámara, que en verano está más expuesta a los accidentes. También para no poner en peligro nuestra integridad, que no son pocos los que se exponen con el fin de hacerse con la captura perfecta, especialmente si se trata de un selfie.

De hecho, según datos de Acierto.com, se ha detectado un aumento del número de accidentes por fotografías de riesgo en los últimos años. Algunos de los casos más sonados han tenido lugar junto animales salvajes -como leones en safaris o tiburones en pleno fondo del mar-, en paramotores y en barrancos. La causa más frecuente son las caídas a grandes alturas. Los expertos también apuntan a un crecimiento del número de contagio por piojos en los colegios como consecuencia de los mencionados selfies. Estas capturas ponen en peligro nuestra integridad y también las de la cámara o el teléfono con el que las realizamos.

¿El motivo? Que resulta habitual que nos los llevemos a la playa a la montaña, e incluso de viaje para tomar la mejor fotografía de nuestras vacaciones. Allí las posibilidades de que se caigan, se llene de arena y entren en contacto con elementos como el agua, la arena y el polvo en general son más frecuentes. Razón de más para ir con mil ojos. Que pasen más tiempo al sol y las baterías se estropeen es otra opción. No obstante, protegerlas es posible, así como tomar unas excelentes fotos de las vacaciones sin comprometer la seguridad en absoluto.

Saca partido a tu cámara (móvil y réflex)

Para que le saques el máximo partido a tus dispositivos, hemos recopilado algunas buenas prácticas y trucos sencillos que le darán a tus fotos un toque muy original y te permitirán tomar la mejor fotografía de tus viajes. Por ejemplo, puedes crearte tus propios filtros de colores colocando los cristales de las gafas de sol delante de la lente antes de disparar. Aplica el mismo procedimiento con un vaso, con papel de colores o una ventana rota. Esta brinda múltiples opciones a la hora de crear marcos especiales. Recortar un trozo de cartón y pasar por él el objetivo es otra alternativa muy creativa.

la mejor fotografía

Y si hablamos de vasos, meter el móvil dentro de uno para realizar una foto con el agua salpicando es otra día interesante. Acercarse a los objetos y tontear con el desenfoque, crear efectos visuales al más puro estilo “no es lo que parece”, aprovechar la hora azul y naranja; y experimentar con los ángulos y la composición -más allá de los tradicionales- son otros trucos. Además, las reducidas dimensiones del teléfono permiten probar en mayor medida. Incluso puedes subirlo a un globo para tomar fotos aéreas. Eso sí, átalo bien.

Y, sobre todo, sácale partido al agua y a la espuma: juega con los reflejos, retrata las olas y busca el movimiento. Incluso una piedra cayendo al mar con una obturación rápida puede convertirse en la mejor de las instantáneas. Con las salpicaduras pasa algo parecido. Aprovecha, asimismo, para practicar el llamado efecto seda y busca la abstracción. El mercado, asimismo, ofrece un amplio abanico de lentes específicas a muy buen precio, especialmente para dispositivos móviles. Puedes conseguir unos efectos maravillosos sin desembolsar grandes sumas y, así, conseguir la mejor fotografía de lo que te rodea.

la mejor fotografía sin daños colaterales

De la misma manera que sigues cuidando de tu cuerpo en vacaciones, será fundamental que cuides de tu dispositivo. Para conseguirlo evita exponerlo al sol, hazte con un pack de limpieza de lentes específico, cierra el objetivo y guarda la cámara en la funda cuando acabes de usarla, cuélgatela siempre que la uses del cuello y alarga la cinta lo que haga falta para sentirte cómodo con ella, revisa los anclajes al suelo del trípode y comprueba siempre que se encuentra estable y cerrado.

En la playa también resulta muy recomendable meterla en una bolsa hermética de plástico para congelados. Y por supuesto, no se te ocurra cambiar el objetivo si te hallas en un entorno donde haya polvo, etcétera. Una buena idea es hacerse con un filtro UV para proteger el objetivo. Lo que hacen estos filtros es, además de parar los rayos ultravioletas y proporcionarte unos efectos únicos, es proteger el objetivo. Asegúrate de tener las manos secas y repasa el manual de la cámara.

Y, por supuesto, no te expongas tú nunca: evita los lugares peligrosos, respeta las normas y barreras de seguridad y, en definitiva, aplica todo tu sentido común. Ya has visto que pueden conseguirse auténticas viguerías sin una técnica ni medios exacerbados.

¿un seguro para tu cámara?

Pero si estos consejos de seguridad no te parecen suficientes para garantizar la integridad de tu querida y cara cámara, puedes contratar un seguro específico para ella. Este tipo de pólizas suelen contar con unas coberturas básicas ante averías, rotura por caída o impacto accidental, daños producidos por electricidad, robo y atraco, incendio, explosión y accidente del medio de transporte. Las condiciones, no obstante, varían en función de la compañía aseguradora. Por ejemplo, los que ofertan las propias entidades de venta suelen ser más básicos (cubren la caída o impacto accidental), mientras que los hay más específicos pensados para profesionales, que incluyen más casos como los referidos e incluso la extensión de la cobertura a trabajadores freelance que colaboran con el tomador.

No obstante, también puedes cubrirla de otra manera más económica. Nos estamos refiriendo a incluirla en el seguro de hogar de tu casa. Ahora bien, debes saber que si su valor sobrepasa los 2.000 o 2.500 euros (algunas cámaras lo hacen sobradamente, sobre todo si eres de los que adora probar con distintos objetivos, etcétera) tendrás que declararla como objeto de valor especial y -habitualmente- aportar la factura de compra. Una cobertura a todo riesgo tecnológico, por ejemplo, puede resultar muy interesante. En todo caso, cabe comentar que no suelen incluir equipos que se usen con fines profesionales. Ahora bien, además de tu cámara, este seguro puede cubrir también tu teléfono móvil. Algo que no está mal sobre todo si tenemos en cuenta que es más que probable que aquellos usuarios amantes de la fotografía cuenten con un smartphone con prestaciones fotográficas avanzadas y (consecuentemente) un precio superior al del resto.

Artículo elaborado por Acierto.com e imágenes de Pixabay

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