Cuando las redes sociales distorsionan la realidad de tus selfis

las redes sociales distorsionan la realidad de tus selfies

Que las redes sociales distorsionan la realidad de tus selfis es un hecho. Es más, ahí reside parte de su éxito. El problema está en que los cambien tanto que ni te reconozcas en ellos. La polémica ha saltado hace poco en TikTok por la aplicación involuntaria de un filtro de belleza.

A finales de mayo se hizo viral un TikTok de la usuaria Tori Dawn. En él se quejaba de que la famosa red social estaba aplicando un filtro a sus vídeos que la hacía no reconocerse en ellos. En concreto, y como demuestra en su clip, dicho filtro la ‘feminizaba’ afinando su mandíbula. A día de hoy, su vídeo-mensaje cuenta ya con casi 120 000 ‘me gustas’.

@toridawn817

congrats tiktok I am super uncomfortable and disphoric now cuz of whatever the fuck this shit is

? original sound – Tori Dawn

Fue tal la onda expansiva que hasta la publicación Technology Review del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, en Estados Unidos) se cuestionó el porqué. La editora senior Abby Ohlheiser analizaba en un artículo la repercusión del vídeo de Dawn y comprobaba en primera persona que TikTok estaba cambiando nuestras caras.

Los analistas lo achacan a un ‘filtro de belleza’ que no se podía desactivar, introducido en el código de la última versión de TikTok para Android. Dado el alcance de la polémica, al cabo de un par de días desapareció sin dejar rastro. A pesar de lo llamativo del asunto, es solo una pequeña pincelada. Las redes sociales distorsionan tus selfis, pero también tu vida.

La realidad TRAS LOS selfis: SE disparan los retoques estéticos

Los conocidos como ‘filtros de belleza’ forman parte de nuestra vida diaria en el entorno online. Lo que hizo particular el caso de Dawn es que este, en concreto, no se podía desactivar. Los datos corroboran que estas herramientas son nocivas para la percepción que tenemos de nosotros mismos.

Puede que suene distópico, pero estar más encerrados en casa por la pandemia ha tenido un efecto colateral inesperado. Y no se trata solo de asearnos un poco menos. Según varios estudios, la demanda de tratamientos de medicina estética ha aumentado notablemente en los últimos meses.

La presión por salir perfectos en las redes sociales y en las videoconferencias influye notablemente en el aumento actual de las intervenciones de cirugía plástica. No faltan los profesionales que aseguran que sus clientes les piden consejo para llegar a “parecerse a sus selfis”.

Noruega y Reino Unido SE POSICIONAN contra la DISTORSIÓN DE LOS selfis

La situación está llegando a un extremo tan grave que ya son varios los países que han tomado cartas en el asunto. A principios de año saltó la noticia de que Reino Unido prohibiría los filtros de belleza a las influencers en Instagram. Y, de nuevo, todo comenzó con una publicación viral.

Fue Sasha Louise Pallari la que removió conciencias con su publicación. En ella, mostraba un ‘antes y después’ de usar los trucos de la app. Su campaña #filterdrop tuvo eco en la Advertising Standards Authority (ASA). Gracias a este organismo de autocontrol publicitario británico, se prohibió el uso de filtros de belleza a personajes públicos con fines comerciales.

Una medida parecida se acaba de tomar en Noruega. El Ministerio de Infancia e Igualdad prohibirá publicar imágenes retocadas en redes sociales sin especificarlo, tanto a marcas como a influencers. El objetivo del país nórdico es, pensando especialmente en los más jóvenes, promover cánones de belleza más reales.

Redes sociales, SELFIS y EL ‘efecto jaula’

De por sí, que una app de nuestro móvil suavice nuestras facciones o enmascare las ojeras no tiene por qué ser ‘malo’. Sí lo es distorsionar la realidad de tal manera que lleguemos a no reconocernos en nuestros propios selfis. Por desgracia, esta sublimación de lo irreal no se circunscribe solo a la belleza.

Hasta las propias aplicaciones han empezado a implementar protecciones como avisarte cuando pasas demasiado tiempo en ellas. U ofrecerte ayuda si buscas el término #ansiedad. Según un informe de la Real Sociedad de Salud de Reino Unido, Instagram es la plataforma que más impacto tiene sobre la salud mental.

A estas alturas parece evidente que las redes sociales pueden provocarnos un ‘efecto jaula’ que limita y empobrece nuestra visión del mundo. Activistas que han dedicado años a estudiar los famosos algoritmos denuncian que solo se promociona el contenido que nos gusta y nos motiva. Y en este caso concreto, la viralidad es una cárcel.

Las redes sociales DISTORSIONAN TUS selfis… SI se LO PERMITES

Hay luz al final del túnel. Así lo cree, por ejemplo, Justin Rosenstein. Es conocido por haber formado parte del equipo que diseñó el famoso botón de ‘me gusta’ en Facebook. También por ser una de las voces más rotundas del documental de Netflix ‘El dilema de las redes sociales’.

Para el programador, empresario y filántropo, es crucial nuestra actitud ante los retos sociales que plantea la tecnología. Aunque a veces nos sintamos en un capítulo de ‘Black Mirror’, conocer cómo nos afecta la tecnología es positivo. Por ejemplo, si la conversación en Twitter se polariza, podemos responder con generosidad y escucha crítica.

Aunque la inteligencia artificial tenga la habilidad de ‘mejorarnos’, quizás nos estamos enamorando de un ‘yo’ que no existe. Como jamás habíamos pasado tanto tiempo analizando nuestros rostros al milímetro, puede que lo más radical sea, precisamente, apartar un poco la mirada.

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Imágenes | Portada: foto de Mateus Campos Felipe en Unsplash, vídeo en TikTok de Tori Dawn, post en Instagram de Sasha Louise Pallari, foto de Antoine Beauvillain en Unsplash.

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