Educación basada en evidencias científicas para hacer frente a la adicción al móvil

La extensión del uso de internet en los móviles, gracias al desarrollo de nuevas redes de telecomunicaciones (4G y, pronto, 5G) ha supuesto una revolución en nuestra forma de relacionarnos con el mundo y nuestros semejantes, pero la adicción al móvil aumenta, especialmente entre los jóvenes.

Junto a las múltiples ventajas que ofrece el smartphone, la atracción que ejerce su pantalla puede desencadenar problemas y patologías a los que hay que poner freno. Fenómenos como el “phubing” o la nomofobia por ejemplo, nos pueden hacer caer en el aislamiento al no dirigir nuestra mirada más allá del marco de nuestro móvil y esta dependencia es aún mayor en los jóvenes.

Eso sí, conviene diferenciar entre exceso de uso y adicción al móvil. “Esta última se identifica cuando se dejan de hacer actividades significativas y obligaciones, hay malestar y no se conecta. Suele venir acompañada de cambios de humor, ansiedad, depresión, etcétera”, aclara Dominica Díez Marcet, doctora en Psicología y psicóloga clínica responsable de la Unidad de Juego Patológico y Otras Adicciones no Tóxicas de la Fundació Althaia.

los jóvenes, más vulnerables

El caso es que las últimas encuestas ESTUDES muestran que mientras casi un 3 % de la población de 15 a 64 años hace un uso compulsivo de internet, la prevalencia de este problema es siete veces mayor entre los estudiantes de 14 a 18 años.

Nos enfrentamos a un problema que ya está considerado, en terminología clínica, como una adicción de comportamiento o sin sustancia que muestra un origen común al de otro tipo de adicciones. No es de extrañar, por tanto, que el consumo de drogas sea superior en personas que usan de manera compulsiva internet.

Además de favorecer el aislamiento de la realidad, permanecer conectados a la red más de 3 o 4 horas diarias facilita los trastornos de conducta, así como el sedentarismo y la obesidad.

adicción al móvil y cambios en el cerebro

¿Y cómo afecta esta dependencia del móvil al cerebro? Según explica en The Conversation Luis F. Callado, Profesor Agregado de Farmacología en la UPV,  “en las personas que presentan dependencia a las nuevas tecnologías se han observado cambios estructurales y/o funcionales en regiones cerebrales que están implicadas en el procesamiento de fenómenos como la recompensa, la motivación o el control de impulsos”.

Alteraciones similares –añade- aparecen también en personas con otros tipos de adicciones asociadas a drogas de abuso clásicas como la cocaína o las anfetaminas. El riesgo de aparición de estos trastornos es mayor entre los adolescentes porque las regiones cerebrales implicadas no han terminado de madurar a estas edades y son más vulnerables”.

“Dichos déficits estructurales conllevan un peor funcionamiento de estas regiones cerebrales. Aumenta la impulsividad, disminuye el control del comportamiento y crece la dificultad para tomar las decisiones más acertadas. Todos estos fenómenos contribuyen a generar un mayor riesgo de desarrollar una dependencia de las nuevas tecnologías”, concluye el profesor Luis F. Callado.

jovenes redes sociales

educación basada en las evidencias científicas

¿Y qué podemos hacer para prevenir este problema? El experto apuesta por “una educación adecuada basada en la información veraz y en las evidencias científicas puede ser clave a la hora de reducir el riesgo de generalización del abuso de las nuevas tecnologías”.

Por suerte, cada vez más familias, profesionales e instituciones son conscientes de la importancia de hacer un uso responsable de la tecnología. Algo de vital importancia para los adultos pero sobre todo para los más jóvenes, nativos digitales que se acostumbran, desde muy pequeños, a que gran parte de su día gire alrededor de un teléfono móvil.

En esta línea de trabajo hay que destacar la iniciativa https://usolovedelatecnologia.com. Impulsada por Orange, trata de informar y formar sobre los problemas asociados a un abuso de la tecnología a través de campañas que se articulan en torno a su web y materiales audiovisuales. El acoso en redes sociales, los retos virales que ponen en peligro la vida de los jóvenes, el uso del móvil al volante o la difusión de contenidos que promueven la anorexia en internet, han sido algunos de los temas abordados ya en estas campañas.

Imagen: Studiostoks / Shutterstock

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