¿Dejarías filmar tu intimidad a cambio de una renta básica en un futuro robotizado?

El desarrollo de la inteligencia artificial hará que muchos de los puestos de trabajo actuales sean desempeñados por robots. ¿Qué hacer con las futuras masas de trabajadores desocupados? Una compañía japonesa propone que participen en una especie de Gran Hermano a cambio de una renta básica universal.

Si la automatización da paso a un entorno laboral en el que los humanos pasemos del desempleo al “inempleo”, ¿cómo obtendremos unos ingresos que permitan engrasar la máquina del consumo del futuro?

¿renta básica universal?

La renta básica universal es una cuestión que genera división de opiniones entre los economistas. José Moisés Israel, miembro de Economistas frente a la crisis y experto de Fundación COTEC, cree que “tras miles de años ganando el pan con el sudor de nuestra frente, la realidad de que alguien pueda vivir dignamente sin trabajar nos parece que va contra el sentido común, que va a desincentivar el trabajo. Hay que romper esa resistencia. El drama de nuestro tiempo es que llevamos siglos luchando contra la escasez y ahora no estamos preparados para administrar la abundancia”.

Por su parte, Juan Ramón Rallo, doctor en Economía, opina que “cuando desligamos la capacidad económica del trabajo y la atribuimos a la ciudadanía; es decir, cuando pagamos a los ciudadanos sin necesidad de que contribuyan económicamente a la sociedad, ¿no corremos peligro de volvernos más vagos? ¿No deberíamos contribuir a la sociedad?”.

gran hermano en un futuro automatizado

Precisamente esta es la pregunta que se ha hecho la empresa japonesa Plasma que, a través de su Proyecto Exograph, trata de ofrecer una respuesta que recuerda al programa televisivo Gran Hermano. No en vano, propone el pago de unos 1.600 euros a los participantes de un experimento que consiste en filmar su intimidad. Para ello, tendrán que dejarse grabar durante todo el día por cámaras situadas en todos los rincones de su hogar, excepto en el cuarto de baño.

Hiroki Enno, CEO de Plasma, explica así el proyecto al diario japonés The Manichi: “si la Inteligencia Artificial (IA) y los robots siguen desarrollándose, las personas no tendrán que trabajar y podrían obtener dinero a cambio de sus datos. Considerando eso, en nuestro proyecto establecemos una cantidad de dinero basada en la suma requerida para satisfacer las necesidades básicas de una persona».

Gran Hermano
Dramatización del libro «1984», de George Orwell, en la CBS, en el año 1953. Fuente: Wikimedia.

Los datos recopilados por esta especie de Gran Hermano serían ofrecidos a empresas que pudieran monetizar los comportamientos observados. Según Enno, estas imágenes se recopilarían y enviarían a de una manera que haría imposible identificar a las personas filmadas.

En la distopía planteada por este proyecto, parece claro que serían los más desfavorecidos por el desarrollo tecnológico los que se verían abocados a vender sus vidas para que las élites pudieran hacer negocio con su intimidad. De hecho, esta ha sido la principal crítica recibida por Exograph cuando inició su andadura en Japón.

polarización de rentas

Muchos economistas advierten que, si no lo remediamos, en el futuro, nos enfrentaremos a una sociedad en la que coexistirán dos grandes clases sociales muy diferentes y polarizadas, los cualificados-tecnológicos y los no cualificados-no tecnológicos.

Iniciativas como esta especie de Gran Hermano nipón vuelven a poner sobre la mesa el reto mayúsculo al que se enfrenta la economía de cara al futuro: la distribución de la renta para mantener niveles razonables de igualdad y paz social en un futuro mercado de trabajo automatizado. El pago de una renta básica universal a cambio de dinero no parece que deba ser la solución a este problema.

Se trata, como explicó a Nobbot, María Luz Rodríguez Fernández, quien fuera Secretaria de Empleo, de “construir derechos laborales y un modelo de protección social justos y acordes con el nuevo tiempo marcado por la revolución digital”. Para ello apenas sirven las instituciones e ideas del pasado; de manera que habrá que ser capaz de inventar nuevas instituciones que puedan aportar nuevas soluciones. No es tarea fácil.

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