José Mariano López (Zero2Infinity): “España lo tiene todo para ser líder en turismo espacial”

José Mariano López, ingeniero aeroespacial y fundador de Zero2Infinity

Zero2infinity es una empresa española con un objetivo muy claro: simplificar los viajes al espacio. Sus vuelos superan el 99 % de la atmósfera, aunque no llegan a salir de ella, y no necesitan de un cohete, sino que se impulsan con un globo.

La tecnología está lista, por lo que es posible que en los próximos años esta compañía pueda ofrecer viajes con turistas de Jaén a la estratosfera. Hablamos con José Mariano López-Urdiales, ingeniero aeroespacial del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y fundador de Zero2Infinity, para conocer mejor la aventura que se esconde tras este proyecto.

– En medio de una carrera espacial protagonizada por grandes multimillonarios, uno de vuestros objetivos es lanzar viajes impulsados por un globo y mucho más asequibles. ¿Por qué?

Ver la Tierra desde el espacio es un sueño universal que comparten muchísimas personas. Como experiencia humana es de las más increíbles que se pueden tener, y las personas que lo han vivido, que no llegan a 600, lo corroboran. Siempre hablan de lo que sintieron en estos viajes, de lo distinto que es estar en el espacio y de cómo se ve el planeta azul desde allí arriba.

Mi padre es astrofísico y hacía misiones espaciales, por lo que estoy familiarizado con este tema desde niño. Siempre sentí que en el espacio había mucho que hacer y que había muchas más posibilidades de llevar allí a la gente.

Hasta ahora se han utilizado sobre todo cohetes muy complejos, caros y también peligrosos. Los globos son una alternativa ecológica y segura, y permiten una experiencia mucho más larga y placentera. No se trata de minutos, sino de horas. Hay una gran demanda de este tipo de experiencias que no se está satisfaciendo.

José Mariano López: “Un viaje al espacio en globo permite disfrutarlo durante varias horas”.

– ¿Cuándo ofreceréis los primeros viajes?

Hasta ahora hemos hecho más de 50 vuelos, pero ninguno tripulado. Dependemos de conseguir la financiación. Si la conseguimos, podríamos hacer el primer vuelo tripulado dentro de un año y los vuelos turísticos dentro de dos. Es un tema exclusivamente de financiación: tenemos los medios técnicos y los permisos desde hace años.

– Vuestros viajes atraviesan el 99 % de la atmósfera y superan los 30 kilómetros de altura. ¿Cómo es la experiencia?

Tal y como los hemos diseñado, los viajeros deben llegar tres días antes a Jaén. El objetivo es que estén bien informados y en buen estado (sin resaca, jet lag o problemas similares) a la hora de comenzar el viaje. Al tercer día, temprano por la mañana, suben a la cápsula. Esta tiene capacidad para cuatro pasajeros y dos pilotos, es espaciosa y cuenta con un baño. Se trata de una cápsula presurizada, en la que se viaja como en un avión y sin necesidad de llevar escafandra ni traje de astronauta.

El viaje sube hasta 30 kilómetros de altura en un ascenso que dura dos horas. Una vez arriba, se ve amanecer desde el espacio. Sale el sol y se empieza a ver el paisaje de la Tierra mientras el cielo continúa de color negro. Desde la cápsula se ven cientos de kilómetros en cada dirección: se aprecian perfectamente el estrecho de Gibraltar, Marruecos, Portugal, el Mediterráneo y el Atlántico, Doñana, los desiertos de Almería…

José Mariano López: “En turismo espacial, los globos son una alternativa ecológica y mucho más segura”.

Después de un par de horas a esa altura comienza el descenso. El globo se separa y va por su cuenta, y la cápsula de pasajeros baja. En esta caída inicial hay un periodo de gravedad cero de unos 20 segundos antes de que se abran unos grandes paracaídas. En realidad, lo que llamamos gravedad cero es el estado de caída libre. No se debe a que la cápsula esté muy lejos y que por ello no haya gravedad.

– ¿Qué ventajas tiene Andalucía para ofrecer estos viajes al espacio?

El sur de España es muy interesante para ver desde el espacio, porque tiene muchos paisajes diferentes en una zona geográfica reducida. Algunos de nuestros competidores lo hacen desde zonas menos atractivas. Blue Origin, la empresa que llevó recientemente al espacio al actor William Shatner, el capitán Kirk de ‘Star Trek’, vuela desde Texas, una zona con mucha menos variedad. Aquí podemos ver desiertos, montañas, bosques y playas, entre otras cosas, lo que hace la experiencia más espectacular.

Además, esta región es una de las zonas con menos nubes del mundo. En general, España tiene las mejores condiciones objetivas en relación a la meteorología, el marco legal y los costes para la empresa. Lo tiene todo para ser líder en turismo espacial.

«En los cohetes, el tiempo que estás disfrutando de la vista se reduce a tres o cuatro minutos. En el globo puede ser de varias horas».

– ¿Qué diferencia hay entre viajar en globo y en cohete?

En el globo pesas tu peso. En el cohete, tanto en el ascenso como en la reentrada, llegas a superarlo entre cuatro y seis veces. Esto es muy duro, y se une a las fortísimas aceleraciones, que medimos en fuerza g.

Otra diferencia es que los cohetes suborbitales (aquellos que no se quedan en órbita) suben y luego bajan, mientras que el globo se mantiene más tiempo arriba. El cohete con el que se realizó el viaje de Blue Origin, por ejemplo, era de tipo suborbital. En ellos, el tiempo que estás disfrutando de la vista se reduce a tres o cuatro minutos. En el globo es de varias horas. Además, los cohetes tienen ventanas más pequeñas y están más sometidos a vibraciones.

– Entra en juego, también, el aspecto medioambiental. ¿Cuál es el impacto de los viajes en globo?

Los viajes en globo son muy diferentes a los de los cohetes porque se impulsan con helio, un gas noble que no contamina. Todas las partes (como el globo que se separa de la cápsula al iniciar el descenso) se recuperan y se reutilizan o se reciclan. Nuestro objetivo era crear un sistema de cero emisiones. De hecho, de ahí viene el zero de nuestro nombre. En el logo antiguo, el zero era verde y el infinity era negro, porque era lo que queríamos simbolizar.

En este sentido son muy diferentes de los viajes en cohete. El impacto medioambiental de estos depende de muchos factores, y es importante tener en cuenta que no todos son iguales. Pero hay muchos que resultan muy contaminantes y no solo emiten dióxido de carbono, sino también otros elementos nocivos para el medioambiente.

«Es irónico que muchas personas vayan a ver el planeta desde el espacio y vuelvan con la sensación de que debemos protegerlo, cuando han lanzado un montón de emisiones contaminantes para llegar allí».

Es irónico que muchas personas vayan a ver el planeta desde el espacio y vuelvan con la sensación de que debemos protegerlo, cuando han lanzado un montón de emisiones contaminantes para llegar allí. El respeto por el medioambiente es cada vez es más importante y la gente cuestiona el uso de grandes cantidades de energía de forma poco responsable.

– ¿Quiénes demandan vuestros viajes al espacio?

La característica común de las personas interesadas en nuestros viajes es que son profesionales exitosos en su trabajo que han conseguido un patrimonio importante ellos mismos. Se sienten libres de hacer uso de lo que han ganado. Muchos son emprendedores.

Sin embargo, aunque tenemos algunas reservas, durante los últimos años nos hemos centrado más en prestar servicios a empresas que necesitan volar cosas más que en conseguir pasajeros. Por ejemplo, hemos volado una cámara que quería probar Airbus.

– ¿Cuáles son los precios de subir en globo hasta el espacio?

Las reservas que hemos realizado eran de 110 000 euros y es probable que el precio suba en breve. Sin embargo, no se trata de un problema de precio, sino de disponibilidad: hay personas dispuestas a pagar cantidades mucho mayores.

Otras iniciativas similares fueron mucho más costosas. Hace unos años, el proyecto Red Bull Stratos realizó un vuelo en una cápsula con un globo, con una tecnología muy parecida a la que usamos. Felix Baumgartner abrió la escotilla y saltó en paracaídas para batir un récord. Fue el primer humano que rompió la barrera del sonido con su propio cuerpo, simplemente cayendo.

El proyecto costó 40 millones de dólares y tiene muchísimo mérito, porque consiguió ascender hasta los 39 kilómetros de altura. Nosotros hemos subido hasta los 32, y llegaremos a los 36, pero en estos casos tres kilómetros más hacen una gran diferencia.

El proyecto ruso para rodar la primera película en el espacio costó 160 millones de dólares. Los vuelos de Virgin están a 450 000 dólares por asiento, y BlueOrigin por ahora se limita a subastar los viajes. Da una idea de las diferencias.

– ¿Esperas formar parte de alguno de vuestros primeros viajes?

Sí, y ya tengo mi traje. Los primeros vuelos tripulados no serán como los turísticos y se harán con trajes espaciales. No formaré parte del primero, que estará limitado a pilotos de prueba de globos de gas profesionales, pero sí en alguno de los primeros.

Me han preguntado muchas veces si quería ser astronauta. Yo siempre he dicho que quiero ir al espacio, pero no con el dinero de los impuestos, sino pagándolo yo. Una forma de conseguirlo es creando un modo que facilite a otros ir.

– Vuestra misión es simplificar el acceso al espacio cercano y la órbita. ¿Qué ventajas tiene conseguirlo?

La única forma de dar conectividad y de monitorizar el planeta al completo es desde el espacio, ya sea cercano, con globos, o desde la órbita. Conviene que sepamos qué pasa en el planeta y que la conectividad esté en todas partes, no solo concentrada en las ciudades y en determinadas regiones.

El poder ver y estar conectado presentan grandes oportunidades de negocio y de mejora de la calidad de vida de la humanidad. La pieza que falta para conseguirlo está en el espacio.

En Nobbot | Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio

Imágenes | Zero2Infinity

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