Hablamos con el primer corresponsal de un periódico en el Metaverso

Antonio Lorenzo MetaversoEl periodismo debe estar allí donde salta la noticia y, sin duda, el Metaverso se ha convertido en uno de los espacios más noticiosos.

Por ello, no es de extrañar que los medios de información también quieran tener presencia en el mundo virtual impulsado por grandes líderes tecnológicos y empresas de los más diversos sectores. El Economista anunció, a finales de 2021, la puesta en marcha de la primera corresponsalía de un medio de comunicación en el Metaverso y hemos querido hablar con el periodista que está a cargo de la misma.

Se trata de Antonio Lorenzo, un clásico de la información tecnológica y director de la revista Digital 4.0, que nos cuenta cómo está viviendo esta experiencia pionera en la prensa nacional e internacional.

el metaverso va en serio

El periodista quiere dejar claro que el Metaverso es mucho más que una réplica de experiencia digitales pasadas. “No se trata de una fiebre pasajera. Estos nuevos espacios digitales, donde pueden interactuar el mundo real y virtual, están llamados a abrir un nuevo capítulo en la historia de Internet”.

Está convencido Lorenzo de que el asunto va muy en serio. “Ni es una versión más desarrollada de aquel Second Live que parecía llamado a revolucionar las interacciones sociales pero que se adelantó a su tiempo, ni tampoco un simple divertimento para jugones.”

Cree, eso sí, que “el salto de calidad y su llegada al gran público se producirá, posiblemente, en cuando los visores aligeren su peso, diseño y precio”. Para ello, Facebook, ahora denominada Meta, no solo ha cambiado de nombre para hermanar su identidad con la categoría, sino que ha anunciado inversiones de más de 10.000 millones de dólares en la aventura virtual.

Sin embargo, el corresponsal no considera que el Metaverso vaya a ser solo un nuevo mundo en manos de Zuckerberg. “Microsoft acaba de adquirir el gigante de los videojuegos Activision, por 68.000 millones de dólares, en lo que ha sido la mayor adquisición de sus casi 47 años de existencia. Y el objetivo prioritario del dueño de Windows no es la industria del videojuego sino tomar posiciones en el Metaverso”.

“En el mismo territorio también se verán las caras Google, Amazon, Sony y Apple”, añade Antonio Lorenzo, una especie de nuevo Livingstone abriéndose paso en un nuevo territorio por descubrir, a la búsqueda de las fuentes del Nilo digitales.

Periodista en el Metaverso
Avatar del periodista Antonio Lorenzo, de El Economista, en el Metaverso

contar lo que ocurre

Como aquellos antiguos cronistas y viajeros que describían las maravillas que hallaban a su paso, el corresponsal de El Economista en el Metaverso informará de lo que suceda en un espacio que hay que “explorar y conquistar”. Eso sí, sin moverse del sitio: en este nuevo espacio no hace falta desplazarse miles de kilómetros, ni apenas medio centímetro, ni pasaportes ni credenciales.

Las razones que han guiado la decisión del periódico a la hora de decidir hollar este suelo digital parecen de peso cuando las escuchamos en boca de su corresponsal en el Metaverso: “ante la apuesta de los gigantes tecnológicos por este nuevo universo virtual, no podíamos permanecer de brazos cruzados. El reto se reduce a algo tan antiguo en periodismo como contar lo que ocurra, lo mejor posible y desde el lugar de los hechos”.

“Las multinacionales ya tienen a sus técnicos e ingenieros indagando en esos escenarios donde conviven la realidad virtual, aumentada y la presencia en remoto. No hay fronteras ni, por ahora, leyes que lo regulen de forma específica, aunque se entiende que se transpondrán idénticas normas que se aplican en las vidas reales o virtuales. El camino se hará al andar y este periódico se propone pisar esos caminos para compartirlo con sus lectores y usuarios. Ya veremos a hacia dónde nos conduce este nuevo internet de los sentidos”, concluye el corresponsal en el Metaverso de El Economista.

Abandonamos la primera corresponsalía de un medio de comunicación en el Metaverso deseando suerte en su aventura al periodista y nos alejamos de él sin movernos del sitio (ventajas de lo virtual), recomendándole hacer fuego de noche para espantar a los tigres que acechan en esos parajes ignotos.

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