La geopolítica de las ‘stablecoins’: 2020 será un año clave

geopoliticaLas instituciones financieras mundiales llevan años denunciando el riesgo que las criptomonedas representan para la estabilidad global. Pero desde que Facebook presentó su moneda digital, Libra, los gobiernos de todo el mundo parecen haberse olvidado de las monedas descentralizadas para centrarse en lo que consideran el peligro (o recurso) más inmediato: las stablecoins.

A diferencia de las criptomonedas más conocidas, como Bitcoin, Ethereum, Litecoin o Monero, las stablecoins son monedas digitales cuyo valor está regulado por organismos públicos, como los estados, o empresas privadas, como Facebook. El último G20 invitó al fondo monetario internacional a explorar cuáles son los riesgos de la propagación de las stablecoins. Los representantes de las primeras veinte economías del mundo temen que la difusión de estos instrumentos ponga en peligro la estabilidad financiera mundial.

La popularidad de las stablecoins va de la mano con el aparente declive de las criptomonedas ‘clásicas’. Desde el máximo de diciembre 2017, Bitcoin perdió el 85% de su valor en un año. Muchos analistas han atribuido el estallido de la burbuja a una actitud hostil por parte de los gobiernos, imposibilitados a controlar un instrumento incontrolable por su propia naturaleza.

China, por ejemplo, ha prohibido el uso de varias billeteras digitales y aplicaciones de intercambio. Corea del Sur, uno de los centros mundiales más importantes del sector, ha declarado ilegales las transacciones anónimas entre titulares de criptomonedas. El control estatal o supranacional sobre la creación privada de dinero es imposible, un hecho que los gobiernos no pueden aceptar.

stablecoins

Los Estados preparan sus stablecoins

Por esta razón, muchos países han decidido cambiar de estrategia y crear criptomonedas nacionales. Estas monedas heredan los aspectos revolucionarios del blockchain, como la trazabilidad y la programabilidad, pero su valor está anclado a la moneda de referencia (euro, dólar o yuan) y la regulación está encomendada a los bancos centrales de cada estado. Gracias a las características del blockchain, sería posible separar el sistema de pagos del de crédito y aislar la moneda de los riesgos crediticios. Pero no es solo una cuestión económica; el objetivo es, sobre todo, geopolítico.

La necesidad de contar con una moneda internacional obliga al mundo a aceptar el dólar como medio de cambio y reserva de valor. Una aceptación que es a la vez causa y consecuencia del poder político y militar de Estados Unidos. Una forma de reducir la dependencia de la moneda y, por tanto, de las finanzas y la política estadounidense, es crear una divisa digital nacional.

Actualmente existen 16 proyectos en proceso en todo el mundo. Barbados ha lanzado una criptomoneda oficial con un valor igual a su dólar. Japón y Suecia parecen estar listos para el ‘criptoyen’ y la ‘criptocorona’. Ecuador y Estonia también están al caer. Vladimir Putin anunció hace tiempo la llegada del ‘criptorublo’. Venezuela tiene su petro, con el que trata de eludir las sanciones y luchar contra la superinflación.

Del mismo modo, Corea del Norte está trabajando en su propia moneda digital. Y otra nación históricamente hostil a los Estados Unidos pronto podría hacer lo mismo: Irán. No es casualidad que precisamente Pyongyang, Teherán y Moscú se encuentren entre los regímenes más activos en la guerrilla cibernética de Estado, con la cual intentan reducir la enorme desventaja económica y militar respecto a Washington.

monedas digitales

Libra, el aliado del dólar

Incluso la siempre tímida y tardía Unión Europea se ha apuntado al carro de las stablecoins y está pensando en crear su propia moneda digital regulada por el BCE. En este contexto de soberanías monetarias digitales, Libra es una excepción. De hecho, es una moneda digital propiedad de una empresa privada, Facebook.

Libra aspira a convertirse en la herramienta económica básica de la red. Sin embargo, según algunos, como el diputado británico Damian Collins, es el intento de Facebook de «transformarse en su propio país». La preocupación en el mundo político y financiero internacional es evidente. De los 27 accionistas fundadores de Libra, eBay, Visa y Mastercard decidieron abandonar el proyecto. El gobierno de EE.UU. también sospecha que Libra pueda convertirse en un competidor del dólar.

El pasado 23 de octubre, Mark Zuckerberg respondió a las preocupaciones del Congreso de los Estados Unidos, utilizando argumentos persuasivos. Según el fundador de Facebook, si Estados Unidos impide el desarrollo de Libra, facilitará el éxito de China y su moneda. «China se está moviendo rápidamente para lanzar algo muy similar a Libra en los próximos meses», explicó Zuckerberg. «Sin embargo, Libra se apoyará principalmente al dólar y esto extenderá el liderazgo financiero americano, junto con nuestros valores democráticos y nuestra supervisión en todo el mundo».

Libra, de hecho, estará garantizada por una reserva monetaria compuesta a la mitad por dólares y la parte restante por euros, yenes japoneses y dólares de Singapur. De esta manera, su valor se mantendrá estable, al contrario de lo que sucede con Bitcoin y otras criptomonedas. Dado que Estados Unidos no tiene una ‘moneda digital soberana’ a punto de lanzarse, Libra sería un aliado del gobierno en el intento de frenar la estrategia china.

Los proyectos chinos

A finales de octubre de 2019, el presidente chino Xi Jinping dijo que la tecnología blockchain era un «importante paso adelante», marcando un punto de inflexión en la posición oficial del país sobre las criptomonedas. Después de años de absoluto rechazo, Pekín ahora parece haber cambiado completamente de opinión. La que se consideraba una herramienta peligrosa contra el poder político central se ha convertido en un recurso geopolítico en manos del gobierno. La cuenta de Twitter de CNLedger, que se ocupa de las criptomonedas en China, asegura incluso que «los artículos que afirman que la tecnología blockchain es una estafa ahora están prohibidos». Un giro de 180 grados.

Aparentemente, por tanto, China está acelerando sus planes para la creación de una moneda soberana digital que será adoptada internacionalmente como una alternativa al dólar. Una herramienta que acompaña la evolución del proyecto de las Nuevas Rutas de la Seda, con el que Pekín aspira a ganar más influencia económica y política en el mundo. Libra, al menos según Zuckerberg, podría actuar como una barrera frente a los planes monetarios expansionistas chinos y garantizar que el dólar mantenga su supremacía incluso en una posible nueva era de monedas digitales.

Hablar de estos proyectos podría causar un sarpullido a los puristas del blockchain. Está claro que ya no nos enfrentamos a herramientas tecnológicas descentralizadas abiertas a todos. Las stablecoins, aunque estén basadas en el blockchain, estarán estrictamente controladas por un número limitado de entidades privadas o directamente por los bancos centrales de sus respectivos países. Un poco lo que sucedió con internet, que de ser una tecnología liberal y un tanto anarquista ha pasado a ser una especie de aglomeración de monopolios. Más allá de esto, una cosa es muy probable: en 2020 volveremos a hablar de monedas digitales.

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Imágenes | Iecs/Wikimedia, Dmitry Demidko/Unsplash, Christoph Scholz/Flickr

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