¿La última frontera en la lucha contra el crimen? La genealogía genética

tecnología contra el crimenCaso cerrado. El pasado 28 de julio, un hombre de 31 años, Spencer Glen Monnett, fue arrestado en Utah (Estados Unidos) por la violación de una anciana, Carla Brooks. El crimen fue perpetrado en abril. Monnett ha sido identificado gracias a la genealogía genética. Las huellas de ADN que quedaron en la escena del crimen permitieron llegar a sus familiares y, por ende, a él. Es el primer caso en el que se utiliza la genealogía genética para investigar un delito menor que el asesinato.

En el último año, en EE.UU., han sido encontrados los responsables de una serie de asesinatos sin resolver, ocurridos incluso hace más de 40 años. Entre estos, el asesino de Golden State. Un hombre acusado de haber cometido más de 10 asesinatos y unas 50 violaciones entre 1974 y 1986. Su captura se llevó a cabo gracias al ADN de un pariente lejano. Hasta ahora, se han resuelto con esta técnica unos 12 casos.

Los genealogistas suben las secuencias de ADN recopiladas en la escena del crimen en una enorme base de datos. De esta forma, se identifican a los familiares del sospechoso aún no identificado. Una vez completado el árbol genealógico, la información pasa a los detectives tradicionales para que puedan llevar a cabo la detención.

Los factores sorprendentes de la genealogía genética son dos. Primero, ha permitido solucionar viejos casos irresueltos en muy poco tiempo. Segundo, no ha sido desarrollada por la policía, sino por expertos en árboles genealógicos, utilizando una base de datos gratuita de perfiles genéticos, creada por unos aficionados.
ADN

¿Cómo funciona la genealogía genética?

La genealogía genética y las técnicas de reconstrucción de los árboles genealógicos existen desde principios de los años 2000. Han sido desarrolladas por compañías que venden pruebas de ADN y herramientas para reconstruir el árbol genealógico. La primera en ofrecer estos servicios fue FamilyTreeDNA, pero la más famosa actualmente es 23andMe.

En 2009, 23andMe comenzó a trabajar con pruebas de ADN autosómicas, más precisas que las tradicionales. Por ejemplo, es posible averiguar en qué porcentaje nuestros antepasados eran originarios de diferentes áreas geográficas. A diferencia de otras pruebas, las autosómicas analizan los 22 cromosomas. Es decir, todos los que tenemos, a excepción de los sexuales. Todos son herencia de nuestros padres, por lo que llevan la información que nos une a nuestros antepasados. Este tipo de prueba permite la elaboración de árboles genealógicos mucho más amplios que los que se podrían hacer antes.

La web GEDmatch funciona gracias a las pruebas autosómicas. Su página de inicio es muy simple y recuerda a las webs de los noventa. Cualquier persona que se registre puede cargar su propio perfil genético obtenido por compañías como 23andMe de forma gratuita. Un software se encarga entonces de encontrar en la base de datos interna los perfiles genéticos que tienen algo en común con el que se acaba de subir a la plataforma.

¿Las comparaciones de ADN no existían ya?

GEDmatch existe desde 2010. Es el fruto de la pasión por la genealogía de Curtis Rogers, un hombre de negocios jubilado de 79 años, y John Olson, un ingeniero de 60. A través del boca a boca, a lo largo de los años, GEDmatch ha recopilado los perfiles genéticos de un millón de personas. Algunas de ellas, adoptadas, lo han utilizado para encontrar a sus padres biológicos. Otros para dar con los donantes de esperma que hicieron posible su nacimiento.

Como saben bien los fanáticos de las series policiacas estadounidenses, el FBI tiene su propio archivo de ADN. Se llama Codis y alberga los perfiles genéticos de 17,3 millones de personas. Sin embargo, para resolver casos como el de Golden State, la web GEDmatch es más efectiva, porque aloja más información.

No vamos a entrar aquí en los aspectos más técnicos. Baste decir que las bases de datos clásicas, como la del FBI, trabajan con el muestreo de pequeñas secuencias de ADN, llamadas «microsatélites». Sin embargo, estos no incluyen información sobre el aspecto físico. Por cuestiones de privacidad. En cambio, los perfiles genéticos de GEDmatch, obtenidos de las pruebas autosómicas, guardan un rastro de 600.000 piezas de ADN, en lugar de 20 o 24. Esto marca una gran diferencia.

Finalmente, GEDmatch está abierto y no hay forma de saber si la policía lo usa y cómo lo hace para una investigación. En cambio, el Codis no puede usarse en muchos estados de Estados Unidos para buscar a los familiares de la persona investigada. Se topa con problemas éticos. En primer lugar, el derecho a la privacidad. Los que se registraron en GEDmatch para descubrir a sus antepasados, de hecho, no autorizaron a la policía a usar sus datos.

Casos aún abiertos

Entre los principales expertos en esta nueva disciplina, está CeCe Moore. Una exactriz de 49 años, que abrió un blog sobre la genealogía de su familia hace 10 años. A partir de entonces, supo construir una carrera como genealogista genética. Ahora trabaja con Parabon NanoLabs, una compañía de análisis de ADN con sede en Virginia (Estados Unidos).

Gracias a su conocimiento, Moore ha contribuido a la solución de varios asesinatos sin resolver. Ha buscado a más de un centenar de perfiles genéticos relacionados con homicidios en la base de datos de GEDmatch. De al menos 20 de estos ha encontrado primos de tercer grado o parientes más cercanos.

Entre los casos en los que investigadores y genealogistas genéticos están colaborando, está el del llamado ‘asesino del Zodíaco’. A finales de los años sesenta, mató al menos a cinco personas en EE.UU. Además del trabajo en los casos de homicidio, han sido identificadas varias personas encontradas muertas sin que se conociera su identidad. De esto se ocupa la organización sin fines de lucro, DNA Doe Project, que está analizando los perfiles genéticos de unas 40.000 personas sepultadas sin nombre.

La regulación de esta nueva profesión y las herramientas que utiliza aún están en fase de debate. Pero es probable que la genealogía genética se acabe usando cada vez más en el futuro. Aunque la verdadera identidad de Jack el Destripador siempre será un misterio.

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Imágenes | iStock

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