Williamina Fleming, de empleada del hogar a afamada astrónoma

La astrónoma Williamina FlemingLa Nebulosa Cabeza de Caballo es una de las nubes de polvo más fascinantes del universo. Esta es la historia de Williamina Fleming, su descubridora. El hecho de no haber estudiado astronomía no le impidió lograr cosas importantes.

Williamina Paton Stevens Fleming, más conocida como Williamina Fleming, afrontó con valor las dificultades de la vida y, aunque no tuvo una formación académica universitaria, esto no fue un impedimento para triunfar en ciencias. En concreto, en astronomía

Una decisión que lo cambió todo

Fleming nació en Dundee (Escocia) en 1857 y durante su estancia en la escuela pública, siendo adolescente, ejerció también como profesora y enseñó a otros estudiantes. Cumplidos los 20, contrajo matrimonio con James Orr Fleming, un contable 15 años mayor que ella. Juntos emigraron a Boston (Massachusetts). En 1879, embarazada, la abandonó.

Sola en un país que no era el suyo y sin dinero, familia, ni casa, tuvo que buscarse un oficio. Decidió que sería empleada del hogar. Así, la suerte quiso que trabajase para Edward Charles Pickering, un astrónomo estadounidense que era director del Harvard College Observatory. La relación entre ambos fue muy buena desde el principio. Tanto, que Pickering le alentó a regresar a su ciudad natal para dar a luz a su hijo. Tras su nacimiento, volvió a Boston en 1881. El astrónomo ‘vio algo’ en la joven y la contrató para trabajar en el citado observatorio.

Al principio, las tareas desempeñadas estaban relacionadas con cálculos matemáticos y labores administrativas. Sin embargo, poco tiempo después sus responsabilidades cambiaron. Pickering no estaba satisfecho con el trabajo de su equipo y pensó que Fleming podía hacerlo mucho mejor. Y no se equivocó. A partir de aquí, empezaría a abrirse hueco en una disciplina que le llevó a descubrir un buen número de estrellas variables, nebulosas gaseosas y novas, entre otros. También las llamadas ‘enanas blancas’, un tipo de estrella que se caracteriza por sus altas temperaturas y elevada densidad.

Aportó, por otro lado, su granito de arena a un nuevo sistema de clasificación de estrellas que se caracterizó por asignar una letra del abecedario a cada uno de estos astros. La elección de una u otra dependía de su cantidad de hidrógeno. Por otro lado, fijó las bases de los primeros estándares fotográficos de magnitud que se emplearían para medir el brillo o luminosidad de las estrellas variables.

Nebulosa Cabeza de Caballo

EL DESCUBRIMIENTO DE LA NEBULOSA CABEZA DE CABALLO

Es una de las aportaciones más importantes de Fleming a la astronomía. Se trata de una nube de gas oscura y fría con una forma un tanto peculiar situada al sur del extremo izquierdo del cinturón de Orión, a unos 1500 años luz de La Tierra. Muestra un llamativo color rojizo y es visible por contraste. Aunque la encontró a partir de una placa fotográfica tomada en 1888 por William Henry Pickering, el hermano de Edward Charles Pickering, tuvieron que pasar varios años hasta que se hizo el correspondiente reconocimiento público a su hallazgo. La situación le entristeció y no fue la única vez que sufrió por las desigualdades que veía a su alrededor entre hombres y mujeres en el terreno laboral.

LAS ‘COMPUTADORAS DE HARVARD’

Edward Charles Pickering confiaba tanto en las capacidades de Fleming que le propuso contratar a otras personas para unirse a la plantilla. ¿Su respuesta? Emplear a más mujeres. A pesar de que algunas carecían de formación en astronomía, esto no les impidió realizar importantes avances en la clasificación de los datos disponibles a través de una serie de cálculos. Henrietta Swan Leavitt (hizo varios descubrimientos sobre la luminosidad de las estrellas y halló un método para medir el universo) y Annie Jump Cannon (contribuyó a la actual clasificación estelar) fueron algunas de las mujeres que formaron parte del grupo de las ‘computadoras de Harvard’. De manera despectiva, sin embargo, parte de la comunidad científica de aquella época se referían a ellas como el ‘harén de Pickering’.

El trabajo hecho por las ‘computadoras de Harvard’ permitió que en 1890 viniese la luz ‘El Catálogo Draper’, que en principio contó con 10 000 estrellas clasificadas. Después, la obra ha ido actualizándose con nuevas referencias.

Las Computadoras de Hardvard lideradas por Williamina Fleming

AGRADECIMIENTOS A SU LABOR

A pesar de que a lo largo de su trayectoria profesional tuvo que enfrentarse a situaciones injustas solo por el hecho de ser mujer, Fleming logró importantes reconocimientos. Por ejemplo, en 1899 fue nombrada Conservadora del Archivo de Fotografías Astronómicas de Harvard y en 1906 consiguió una plaza en la Royal Astronomical Society de Londres (Reino Unido). En ambos casos, se da la circunstancia de que era la primera vez que una mujer recibía estas distinciones. Poco tiempo antes de morir el 21 de mayo de 1911, fue galardonaba con la Medalla Guadalupe Almendaro de la Sociedad Astronómica de México por sus hallazgos en estrellas variables.

El cráter lunar Fleming lleva este nombre como homenaje a su trabajo y lo comparte con Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina. Aunque no puede ser visto desde La Tierra, porque se ubica en la cara oculta de la Luna.

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Imágenes | Center for Astrophysics | Harvard & Smithsonian/Wikimedia Commons, Dylan O’Donnell, deography.com/Wikimedia Commons y Harvard College Observatory/Wikimedia Commons

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